¡Vaya temazo! Creo que las micromonarquías no tendrán problema porque la esencia de la misma está a salvo: el poder. Todas ellas tienen poder real, potestas, imperium que dirían los romanos y eso las preservará porque eso, el poder, da aliados y con ello fuerza. El resto de monarquías de Europa prácticamente son elementos decorativos, restos nostálgicos de una etapa caduca que se niega a desaparecer de nuestro continente. Peor no generan bando, no generan partido, por la sencilla razón de que carecen de ese poder ¿quién va a defender algo que no tiene fuerza ni de lo que se puede sacar algo?
Si acaso, volviendo al ejemplo romano, las monarquías europeas actuales tienen dignitas, ese toque de autoridad moral, de prestigio, heredado de su mayores y de sus propios actos del que emana la auctoritas que sin ser poder real (potestas, imperium) es una especie de autoridad moral, el valor de su palabra.
La dignitas es lo único que les queda de lo que en su día fue poder absoluto. Su destino, su supervivencia, depende de su capacidad para mantener, restaurar o acrecentar esa dignitas. Sin ella están muertos institucionalmente.
Creo sinceramente que Mary podría, pero lleva un gran lastre: Federico. Más tarde o más temprado hara algo que arruine la situación.
Holanda pierde fuelle por los cuatro costados, el prestigio de los herederos no existe, sólo Beatriz sostiene el sistema. Bélgica desaparecerá como país no tardando ni diez años, su monarquía desaparecerá con él. De Noruega no les echan ni con agua caliente, sencillamente en ese país no tienen sangre. Veo firmeza en Suecia, pero desconfío de la visión de Victoria, creo que no tiene la altura necesaria aunque la sobra sentimiento.
Inglaterra es caso aparte. Isabel es dogma de fe, mientras ella viva todo irá bien. Que no pierda ni un ápice de lo que allí es la monarquía y todo irá bien. Carlos, a pesar de su vida tan polémica, sí que ha creado un grupo de apoyo en torno suyo. Desgraciadamente toda acción tiene una reacción equivalente y sus detractores pueden ser los detractores de la monarquía en el futuro. Es un gran riesgo.
Y España, mi amada España. Desde hace 80 años nos hemos relajado, somos más calmados, pero las circunstancias sociopolíticas de este país hacen que sea cuestión de tiempo que los intereses de tal o cual apunten al derribo de la monarquía. Don Juan Carlos y Doña Sofía, sobre todo ella, tienen dignitas a raudales, tanto heredada de su linaje como por sus propios actos. Ello les da una auctoritas que no tendrá, desgraciadamente, Felipe ni mucho menos Letizia.
Son un adorno, una floritura accesoria. Es cuestión de tiempo que caigan. Sin fuerza, no hay apoyos. A la mayor parte de la gente le dan exactamente igual, van a verlos si pasan por su ciudad y poco más. Ya no tienen magia, o la recuperan o de consejeros de alguna multinacional.
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