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 Asunto: Cesar y Lucrecia Borgia, ¿victimas del destino?
NotaPublicado: 04 Nov 2010 20:21 
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Me atrevo a plantear este tema no solo porque es el motivo actual de un estudio universitario, sino porque siempre me han despertado una gran curiosidad, mezcla de compasión y de un deseo de poder ir mas allá en la búsqueda de la verdad sobre estos dos hermanos, este tema no será tanto una biografía, dado que ya hay un tema sobre Lucrecia en el foro, sino mas bien un acercamiento sobre todo lo que se ha dicho de ellos, las calumnias, las exageraciones, las verdades, etc, espero sinceramente que todos los que lean este tema participen, espero que minnie, amelie, etc, puedan participar activamente, me gustaría conocer sus opiniones al respecto de ellos y de los numerosos rumores que este tema va a plantear para poder llegar a conocer mejor a estos dos hermanos hasta que punto asesinos, hasta que punto victimas de su propio destino


Cesar Borgia

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De él se ha dicho todo, se ha mencionado todos los vicios, los crímenes, las perversiones, asesino sediento de sangre, genocida, monstro de ambición y poder, cínico, pérfido, violador, y los mayores, incestuoso y fratricida, se ha dicho durante siglos que él era un demonio, hijo del anticristo, aberrante criminal, traidor, cruel y déspota tirano, es por eso que durante generaciones se ha asumido este apellido y este nombre a la más absoluta degeneración y desprecio sin embargo… cuando se leen testimonios de él, de sus contemporáneos lo describen de forma completamente diferente, encantador, de un porte y un físico particularmente atractivos, humanista, coleccionista y mecenas como su padre, con unos modales refinados y exquisitos, valiente en la guerra querido por sus súbditos, precursor de la unidad italiana y un estadista brillante sin ser más cruel o ambicioso que otros muchos príncipes del renacimiento como Enrique VIII o Fernando el católico, ¿Cuál es la verdad sobre sus mitos?, ¿hasta qué punto lo que se ha dicho de él son calumnias y que tanto son verdadades?


Lucrecia

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Sobre su hermana, la bella Lucrecia ella ha sido acusada de lujuriosa mesalina, asesina, inmortalizando tanto la cantarella como aquel anillo con arsénico para eliminar a sus enemigos con placer sádico, de tener innumerables relaciones sexuales con todo tipo de hombres, con animales, verdaderas aberraciones entre orgias y asesinatos, la mayor y la más infame, de haber tenido sexo con el papa su padre y con cesar su hermano además de retozar con Juan y gofre, de haber asesinado a criados que sabían sus oscuros secretos, etc pero como podemos contraponer esta terrible imagen a la de una dama gentil y dulce, objeto de la admiración de su pueblo y de grandes del renacimiento como tasso o Ariosto, ¿Cómo creer que esa dulce niña cuyo pecado fue la de nacer en una familia ambiciosa, que desprendía ternura y compasión pudiese ser la autora de tales crímenes?

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 Asunto: Re: Cesar y Lucrecia Borgia, ¿victimas del destino?
NotaPublicado: 04 Nov 2010 20:34 
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Quisiera comenzar dejado una breve reseña sobre su vida basada en los trabajos de Will Durant, Sarah Bradford y Cambrige Modern History tomo 6

Cesar Borgia

Alejandro tenía sobrados motivos para estar orgulloso de su hijo: Cesar era un atractivo hombre de cabellos negros y ojos profundos, alto, fuerte y valiente. Pensar que este personaje era más bien un monstruo es no profundizar en la evidencia. Uno de lso embajadores alemanes le describía como: "un joven de gran inteligencia y excelente disposición, alegre y siempre de buen humor" otro escribía que era: "incluso más guapo que su hermano el Duque de Gandía"

La gente no podía dejar de apreciar su garbo, destreza en el mando y una actitud superior que tiene todo aquel que cree haber heredado el mundo, las mujeres le admiraban pero encontraban difícil enamorarse de él puesto que, al contrario que su padre y sus hermanos, no era el sexo femenino lo principal en su escala de prioridades. Estudió derecho en la Universidad de Perrugia y, aunque no dedicaba demasiado tiempo a los libros considerados "culturizantes", escribía versos de vez en cuando y tenía buen gusto para el arte: cuando el Cardenal Raffaello Riario desdeñó laescultura de un cupido durmiente, obra de un joven y desconocido artista florentino llamado Miguel Ángel Buonarroti, fue Cesar quien pagó una buena suma por obtener la obra.

Claramente su carrera eclesiástica no era vocacional, Alejandro le hizo arzobispo de Valencia en 1492 y cardenal un año después, en realidad Cesar nunca se ordenó sacerdote. Desde que una ley canónica prohibía ordenar cardenales a hijos bastardos, Alejandro en una Bula publicada el 19 de Septiembre de 1482 lo declaró hijo legítimo de Vanozza y d´Arignano. En 1497, poco después de la muerte de Giovanni, Cesar fue a Nápoles como delegado papal en la coronación del Rey de Nápoles; quizás le impresionara este acto porque a la vuelta le pidió insistentemente a su padre que le dejara renunciar sus votos y a su carrera eclesiástica. No había forma de escapar a este destino a no ser que Alejandro admitiera públicamente que Cesar era su hijo ilegítimo, cosa que hizo consiguiendo que inmediatamente la ordenación de cardenal fuera invalidada (17 agosto de 1498). Restaurada su ilegitimidad, Cesar retornó al juego político.

El matrimonio de Cesar se solucionó cuando Louis XII pidió al Papa la anulación de su matrimonio, al que había sido forzado, y que según él, nunca había sido consumado. En octubre de1498, Alejandro envió a Cesar partir hacia Francia con el decreto de divorcio para el Rey. Encantado con el divorcio y más feliz aún ante la posibilidad de casarse con Anne de Bretaña, viuda de Carlos VIII, Louis ofreció a Cesar la mano de Charlotte d´Albret, hermana del Rey de Navarra; además hizo del hijo del Papa duque de Valentinois y Diois, dos territorios franceses sobre los que el papado tenía ciertos derechos.

El matrimonio selló una alianza entre el Pontífice y un Rey que planeaba abiertamente invadir Italia para tomar bajo su poder Milán y Nápoles. Este pacto rompió la alianza de la Santa Liga que Alejandro había ayudado a formar en 1495, preparando de este modo el escenario propicio para las guerras de Julio II.

Alejandro por fin había encontrado al general que tanto ansiaba para que llevara a las fuerzas armadas de la Iglesia hacia la reconquista de los Estados Pontificios.

Louis XII contribuyó a la causa con ejército bien equipado, aunque pequeño para luchar contra una docena de déspotas, pero Cesar estaba ansioso por partir hacia la victoria. Para añadir un arma espiritual, el Papa proclamó una solemne Bula declarando que: Caterina Sforza y su hijo Octavio dominaban Imola y Forlí-- Pandolfo Malatesta dominaba Rimini-- Giulio Varano dominaba Camerino—Astorre Manfredi dominaba Faenza—Guidobaldo dominaba Urbino—Giovanni Sforza dominaba Pesaro—sólo porque habían usurpado todas estas tierras, propiedades y derechos a la Iglesia, perpetrando la justicia y la ley; eran tiranos que habían explotado a sus súbditos y abusado de sus poderes, y como tales debían ser expulsados, si no por su propia resignación, por la fuerza de la espada.

Posiblemente lo que Alejandro pretendía era unificar un reinado para dejárselo en herencia a su hijo. El mismo Cesar soñaba con esta posibilidad; Maquiavelo así lo hubiera deseado, enorgulleciéndose ante la visión de una Italia unida y bajo el poder de un hombre fuerte e inteligente que echara a todos los invasores. Al final de su vida, Cesar, lamentaría no tener otra meta que recuperar los estados de la Iglesia para la Iglesia, y que se contentaría con que el gobernador de la Romagna fuera vasallo del Papa.

En enero de 1500, Cesar y su ejército marchó a través de los Apeninos hacia Forlí e Imola donde ganó el pulso del asedio a Caterina Sforza. La reconquista pasó por ofrecer una convincente suma de dinero a Paolo Orsini para que se uniera a las fuerzas papales con su ejército; Paolo le apoyó junto a otras familias nobles que siguieron su ejemplo, de la misma forma reclutó los soldados de Baglioni, señor de Perugia, y comprometió a Vitelli para liderar la artillería. Louis XII le envió un pequeño regimiento pero Cesar no necesitaba ya de la ayudada francesa. En septiembre de 1500 atacó los castillos ocupados por los hostiles Colonna y Savelli en el Latium. Uno tras otro fueron entregándose. A lo largo del siguiente año Cesar guió sus tropas con valentía, coraje y audacia, demostrando tener grandes dotes de mando y estrategia militar, utilizó la astucia para seducir al enemigo, ganarse aliados, persuadió a los más reticentes para que le apoyaran, trató con cortesía a los vencidos y se ganó una merecida fama de brillante militar. El 20 de julio se rindió el último enemigo del Papa, Camerino, y por fin todos los Estados Pontificios volvieron a ser Pontificios. Entusiasmado Maquiavelo escribió sobre él: "Es un Señor espléndido y magnífico y tan audaz que cualquier empresa por difícil que sea la maneja como si fuera sencilla . Par ganar gloria y dominios se roba a sí mismo su reposo, y no conoce ni el peligro ni la fatiga. Llega antes que sus propósitos hayan sido comprendidos. Se hace querer entre sus soldados, eligiendo para ello a los mejores de toda Italia. Estas cosas son las que le han hecho victoriosos y formidable, junto a la ayuda perpetua de la buena suerte".

Por el otro lado Italia estaba plagado de personas que deseaban su desgracia. Venecia, aunque le había convertido en ciudadano honorífico (gentiluomo di Venezia) le molestaba ver cómo los Estados Pontificios eran de nuevo fuertes y controlaban la costa Adriática. Pisa y Florencia le temían, los Colonna y Savielli, y en menor grado Orsini, habían sido arruinados por sus conquistas, creando una coalición en su contra. Incluso sus propios hombres que habían liderado brillantemente sus tropas, no estaban tan seguros de que no fueran sus dominios los próximos en ser atacados. Vitelli reunió a todos estos hombres y familias resentidas y amenazadas para crear una organización cuyo fin era volver las tropas en contra de su general, capturarle y asesinarle, terminando con su dominio sobre la Romagana y los marquesados, restaurando a sus antiguos señores.

La conspiración comenzó con brillantes victorias, sin embargo Cesar actuó con rapidez apropiándose de la herencia que había dejado el Cardenal Ferrari, financiando un nuevo ejército de 6000 hombres. Mientras tanto Alejandro negoció individualmente con los conspiradores, haciéndoles solemnes promesas, y ganándo de muchos de ellos su obediencia. A finales de octubre la conjura había fracasado y todos sellaron la paz con Cesar.

En cuanto a la vida marital del general esta fue prácticamente nula, Cesar veía su matrimonio como una cuestión de estado y por lo tanto no se sentía obligado a mostrar ningún amor por su esposa. La había dejado con su familia en Francia a donde ocasionalmente escribía y le mandaba regalos, esta le había dado una hija durante las guerras pero no volvió a verla. La Duquesa de Valentinois vivió una modesta y retirada vida en Bourges, esperando que su marido la mandara llamar, cuando Cesar, al final de su vida, se encontró arruinado y desertado ella intentó llegar hasta él y a su muerte vistió la casa de luto donde permaneció encerrada hasta su muerte.

Parece que el único afecto real que Cesar sentía era por su hermana Lucrezia , a quien amaba tanto como se puede amar a un ser humano, mucho más de lo que se ama a una hermana. A pesar de los peligros que para él representaba el ir a visitarla a Ferrara donde ella se encontraba enferma, Cesar se desvió de su camino hasta llegar a su casa donde en sus brazos la sostuvo mientras los médicos la sangraban y no se apartó de su lecho hasta que Lucrezia mejoró considerablemente. Cesar no estaba hecho para el matrimonio; tuvo muchas amantes pero ninguna le duró excesivo tiempo, estaba demasiado consumido por el ansia de poder que no podía permitir que ninguna mujer le apartara de su camino.

En Roma vivía retiradamente, trabajando de noche y asistiendo a pocos actos diurnos. Trabajaba muy duro en los asuntos pertinentes a los Estados de la Iglesia y siempre encontraba tiempo para asistir las necesidades de sus dominios. Aquellos que le conocían le admiraban y respetaban, era popular entre sus soldados a pesar de su severidad y la disciplina que les imponía.

Su vida apartada le hacía blanco de sospechas y sátiras, sobre todo de feos rumores que embajadores hostiles y aristócratas enemigos inventaban o extendían. Muchos de estos rumores acusaban a los Borgia de envenenar a ricos cardenales para heredar sus fortunas, uno de estos asesinatos fue confesado por un sirviente bajo tortura, quien contó que había asesinado al cardenal Micheli por orden de Alejandro y Cesar. Un historiador del siglo veinte no daría ningún tipo de credibilidad a las confesiones arrancadas bajo tortura.

La estadística prueba que la mortalidad entre cardenales fue tan elevada durante el papado de Alejandro como en el de sus predecesores y sucesores, pero no hay duda de que en aquella época era peligroso ser cardenal y rico. Isabella d´Este escribió a su marido previniéndole contra Cesar de quien no creía tuviera ningún escrúpulo incluso con su propia familia, parece ser que la cuñada creyó la historia que acusaba a Cesar de haber asesinado a su hermano, el Duque de Gandía. Los cotilleos en Roma hablaban de cierto veneno, con base de arsénico, que vertido sobre la bebida o la comida, actuaba lentamente sin posibilidad de ser detectado en una autopsia. Los historiadores han rechazado comúnmente la teoría de los famosos venenos del Renacimiento como parte de una leyenda, pero creen que efectivamente existieron algunos casos de envenenamiento por orden del Papa a pesar de la falta de evidencia.

Algunas historias aún peores se contaban sobre Cesar: para divertir a Lucrezia y a su padre, éste organizaba una fila de reos de muerte a los que atravesaba con sus flechas en un acto de destreza. A estas leyendas podríamos añadir múltiples orgías con cortesanas desnudas correteando por los aposentos de Cesar, además de la acusación de incesto, puesto que se creía que el amor que Lucrezia y Cesar sentía el uno por el otro era algo menos casto que puramente filial


Lucrezia Borgia

Alejandro admiraba y hasta temía a su hijo, pero adoraba a su hija con todo la intensidad con la que era capaz. Parece ser que se deleitaba con su moderada belleza, su precioso y largo cabello color sol (tan pesado que incluso le daba dolores de cabeza) y en la devoción que la hija sentía por su padre. No era particularmente bella, pero fue descrita en su juventud como dolce ciera (dulce rostro) una expresión que permanecería hasta su muerte a pesar de los horrores que tuvo que vivir: divorcios, asesinatos, intrigas...

Como todas las italianas de su tiempo que lo podían permitir fue a un convento para recibir una completa educación. Auna edad que desconocemos se trasladó de la casa de su madre a la casa de una prima de su padre, Donna Adriana Mila, donde conoció a la nuera de su tía, Guilia Farnese, con quien entabló una sincera amistad que duraría hasta el resto de sus días. Favorecida por la buena fortuna, Lucrecia vivió una infancia feliz y acomodada.

Esta sensación de felicidad duraría hasta su primer matrimonio. Probablemente no se sintió ofendida cuando su padre le escogió un marido; este era el procedimiento normal para todas las mujeres de su clase. Alejandro, como cualquier otro soberano, pensaba que los matrimonios de sus hijos debían avanzar al mismo son con el que los intereses de su estado. Nápoles era por entonces hostil a Roma y Milán era enemiga de Nápoles; de tal forma que su primer matrimonio, a la edad de trece años, fue con Giovanni Sforza, de veintiséis, Señor de Pesaro y sobrino de Ludovico, regente de Milán (1493) Alejandro preparó la casa de los recién casados en un lugar cerca del Vaticano para poder tener a su hija próxima a él. Pero Sforza debía vivir en Pesaro buena parte del año llevándose con él a su joven esposa. Ella languidecía en tan lejanas costas, tan remotas de su padre y más aún de la vida bulliciosa y cosmopolita que Roma le ofrecía; después de unos meses volvió de nuevo a la capital donde se reencontraría con su marido más tarde. El 14 de julio de 1497 Alejandro pidió a Sforza que consintiera en la anulación de su unión matrimonial a causa de su impotencia—la única causa reconocida por la ley canónica para la anulación de un matrimonio legítimo. Lucrezia, quizás por pena, quizás por vergüenza se retiró a un convento. Unos días más tarde el Duque de Gandía era asesinado, las malas lenguas sugirieron que el crimen había sido cometido bajo las órdenes de Sforza, quien celoso se vengaba de Giovanni Borgia por haber intentado seducir a su esposa. El marido negó su impotencia y acusó a Alejandro de tener relaciones incestuosas con su hija. El Papa congregó un comité de investigación, liderado por dos cardenales, para averiguar si el matrimonio había sido consumado. Lucrezia con todo el aplomo del que fue capaz se sometió a las pruebas, y se le aseguró a Alejandro que Lucrezia era todavía virgen.

Ludovico propuso a su sobrino demostrar que no era impotente delante de una delegación papal en Milán, Giovanni declinó la oferta pero firmó una admisión formal en la que declaraba que el matrimonio nunca había sido consumado, le devolvió a Lucrezia su dote de 31,000 ducados y en diciembre de 1497 el enlace era anulado.

Es posible que Alejandro hubiera roto el matrimonio con la intención de hacer mejores alianzas políticas, pero es más probable que Lucrezia contara la verdad acerca de la consumación. En cualquiera de los casos el Papa no iba a dejar a su hija soltera. Con la intención de acercarse a su enemigo, Alejandro, propuso al Rey Federico la unión de Lucrezia con Don Alfonso, Duque de Bisceglie. El Rey accedió y un documento oficial fue firmado en junio de 1498, en agosto la boda era celebrada en el Vaticano.
Lucrezia facilitó enormemente las cosas enamorándose de su marido. Ella tenía entonces dieciocho años y él diecisiete, pero las cosas empeorarían por culpa de la mala fortuna y la política. Cesar Borgia rechazado en Nápoles, buscó novia en Francia (octubre de 1498); Alejandro entraba de esta forma en una alianza con Louis XII, el declarado enemigo de Nápoles. El joven Duque de Bisceglie enfermaba viendo como la Roma en donde vivía se llenaba de agentes franceses: marchó hacia Nápoles. A Lucrezia se le rompió el corazón, para entretenerla Alejandro la hizo regente de Spoleto (agosto 1499); Alfonso se reunió allí con ella; Alejandro les fue a visitar a Nepi y se los llevó con él a Roma donde Lucrezia tuvo su primer hijo, al que llamaron Rodrigo en honor de su padre.

Pero el mayor problema de la joven pareja residía el odio acérrimo que se procesaban los dos cuñados. , quizás por el carácter temperamental de Alfonso o tal vez porque Cesar representaba la alianza con los franceses. En la noche del 15 de julio de 1500 unos bandidos atacaron a Alfonso cuando volvía de la catedral de San Pedro, fue herido de gravedad pero se las arregló para llegar hasta la casa del Cardenal de Santa María en Portico. Lucrezia se desmayó al ver las condiciones en las que se hallaba su joven marido, le atendió día y noche junto a su hermana Sancia. Alejandro envió una guardia de dieciséis hombres para protegerle de posibles nuevos ataques. Cierto día mientras Cesar paseaba por un jardín cercano, Alfonso convencido de que aquel era el hombre que había contratado a la banda que le había intentado asesinar y quizas como su primer marido creyendo aquellos rumores del incesto, tomó una ballesta disparando a Cesar en el corazón. La flecha falló su propósito por muy poco y Cesar no estaba dispuesto a darle una segunda oportunidad a su enemigo: mandó sus guardias al cuarto de Alfonso, teóricamente a darle una lección, pero le ahogaron con una almohada hasta que murió. Alejandro aceptó la muerte de Alfonso según la versión que le dio Cesar, encargó para Alfonso un pequeño funeral, e hizo lo imposible por animar a la inconsolable Lucrezia.

Se retiró a Nepi, donde escribió cartas firmándolas como la infelicissima principessa, ordenando misas para el descanso del alma de su difunto marido. Aunque parezca extraño, Cesar la fue a visitar a Nepi solamente dos meses y medio después del asesinato de Alfonso. Lucrezia era influenciable y paciente; parece ser que ella entendía la muerte de Alfonso como la defensa que su hermano tenía que hacer frente al que había atentado contra su vida. No parece que ella creyera que hubiera sido Cesar el hombre que contratara a los infructuosos bandidos que intentaron matar a su marido, aunque esta la posible explicación de otro de los misterios del Renacimiento. Durante el resto de su vida dio muestras más que suficientes de que quería a su hermano, quizás porque, como su padre, él también la adoraba con intensidad. Pudiera ser que por estos motivos tanto en Roma como en la rencorosa Nápoles la siguieron acusando de incesto; un de las plumas de la época la llamó: "La hija del Papa, esposa y nuera" Estas perfidias se las tomó también con cierta resignación. Todos los estudiosos de la época actualmente coinciden en que todos estos cargos fueron crueles calumnias, pero semejantes acusaciones tan escabrosas han perdurado a través de los tiempos. (Cambrige, Modern History)

Que Cesar matara a Alfonso con la intención de confirmar una nueva alianza política es improbable. Tras un periodo de luto Lucrezia fue ofrecida en noviembre de 1500 al Duque Ercole de Ferrara para casarla con su hijo Alfonso, y no fue hasta septiembre de 1501 que sonaron las campanas de boda. Como ni Ercole ni su hijo habían visto a Lucrecia, siguieron los trámites diplomáticos acostumbrados de la época, pidiendo a Ferrarese, embajador en Roma, que enviara un informe sobre su persona, morales y virtudes. El embajador contestó con lo siguiente:
Ilustrísimo Señor: Hoy durante la cena, Don Gerardo Saraceni y yo, hemos ido a ver a la Ilustre Madonna Lucrezia para presentarle nuestros respetos en el nombre de su Excelencia y Su Majestad Don Alfonso. Hemos tenido una larga conversación sobre distintos aspectos. Es una mujer de lo más amable e inteligente además de estar dotada de todas las bendiciones. Su Excelencia y el Ilustre Don Alfonso—según nuestra más humilde opinión—estará encantado con ella. Aparte de ser extremamente bondadosa en todos los aspectos, es modesta, tierna y decorosa. Además es una piadosa y devota cristiana, temerosa de Dios. Mañana irá a confesar y en Navidades recibirá la comunión. Es una mujer realmente hermosa, pero su encanto es aún más cautivador. Resumiendo, su carácter es tal que es imposible sospechar que exista algo "siniestro" en ella.
Don Alfonso fue convencido y envió un magnífico cortejo de caballeros para escoltar a la novia de Roma a Ferrara. Cesar Borgia equipó doscientos cavaliers para acompañarla, además de músicos y bufones para entretenerla durante el arduo camino. Alejandro, orgulloso y feliz, le procuró un cortejo de 180 personas incluyendo a cinco obispos. Vehículos especialmente diseñados para la ocasión, y 150 mulas, trasladaban su ajuar. El 6 de enero de 1502, Lucrezia comenzó su viaje por Italia para reunirse con su prometido Roma jamás había presenciado semejante espectáculo y probablemente tampoco Ferrara. Después de veintisiete días de viaje, Lucrezia fue recibida a las afueras de la ciudad por el Duque Ercole y Don Alfonso con una soberbia cabalgada de nobles, profesores, setenticinco arqueros montados, ochenta trompeteros y catorce carros llevando a las mujeres de la alta aristocracia elegantemente vestidas. Cuando la procesión llegó hasta la catedral, dos trovadores cantaron la belleza de su nueva señora.

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Última edición por principe de paris el 04 Nov 2010 22:49, editado 1 vez en total

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 Asunto: Re: Cesar y Lucrecia Borgia, ¿victimas del destino?
NotaPublicado: 04 Nov 2010 20:44 
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La vida de los jóvenes Borgia está rodeada de misterio, en realidad los primeros enigmas sobre Cesar vinieron en su nacimiento mismo, se ha dicho que en realidad el no era hijo del papa, si bien con los años denotaría un gran parecido con su padre, su misma fecha de nacimiento y su lugar dentro de la familia son cuestionados, su fecha de nacimiento aceptada en de 13 de septiembre de 1474 sin embargo Maike Vogt-Luerssen y Christopher Hibbert plantean que su nacimiento ocurrió en abril de 1475, y por otro lado se suele mencionar que él era el hijo mayor, sin embargo Hibbert expone la incongruencia de destinar al hijo mayor a la iglesia y al segundo al ejército y a ser el sucesor de los bienes de la familia, cuando la tradición dictaba lo contrario, ese sería el primer misterio sobre Cesar dado que pareciera más lógico creer que él nació en 1476 como el segundo hijo del entonces cardenal Rodrigo Borgia al ser destinado a la iglesia, y no como el primer hijo que debería haber sido destinado a la vida seglar.

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 Asunto: Re: Cesar y Lucrecia Borgia, ¿victimas del destino?
NotaPublicado: 04 Nov 2010 20:47 
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El padre de ambos jovenes, Rodrigo Borgia, más tarde Alejandro VI

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La madre de ambos Vannozza dei Cattanei

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 Asunto: Re: Cesar y Lucrecia Borgia, ¿victimas del destino?
NotaPublicado: 05 Nov 2010 19:12 
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El siguiente misterio sobre Cesar sería el de la sífilis, se ha comentado hasta la saciedad que el duque valentino estaba deformado y hasta enloquecido por la sífilis, sin embargo algunos historiadores si bien aceptan que el duque estaba contagiado con la enfermedad dudad que esta haya deformado su rostro hasta el punto en que hubiese tenido que usar con ese propósito su máscara, algunos como IVAN CLOULAS mas bien opinan que la máscara como su extraño horario nocturno eran más bien parte de su estela de misterio y enigma, evidentemente el portar una mascara daba a Cesar un aspecto más misterioso y por tanto más temible.

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 Asunto: Re: Cesar y Lucrecia Borgia, ¿victimas del destino?
NotaPublicado: 14 Nov 2010 10:14 
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Príncipe, que sepas que ya he pedido por catálogo un flagelo para darme una buena tunda a mí misma por no haber reparado ANTES en esta delicia de tema. To say the truth, me muero de la vergüenza porque últimamente vivo tan completamente sumergida en el período Ana de Austria que he dejado de lado todos los temas increíblemente estimulantes que se pueden encontrar en distintos subforos...

El asunto que planteas es de lo más sugestivo. Mis opiniones acerca de César y Lucrecia son, por supuesto, muy diferentes. En cuanto a Lucrecia, la considero, básicamente, una muchacha hermosa, culta, refinada, de amable carácter y excelente predisposición hacia los demás a quien su familia utilizó como peón en el juego de ajedrez de la política italiana de esa época. Paralalamente, los Borgia contaban con una legión de adversarios y no pocos enemigos acérrimos. Era muy fácil, para quienes querían atacar a los Borgia, atacarles minando la reputación de la joven Lucrezia. En aquel tiempo, la forma de llegar a influír en el imaginario popular, encauzando la opinión pública en una u otra dirección, pasaba a menudo por crear una perdurable leyenda negra en torno a quienes se deseaba minar públicamente. La gente estaba curada de espantos en cuanto a encumbradísimos dignatarios de la Iglesia que usaban sus capelos cardenalicios o sus mitras arzobispales para beneficio propio y de sus allegados...surgieron auténticas dinastías verdaderamente vinculadas a las luchas por la hegemonía dentro de la esfera papal. La gente también estaba curada de espantos en cuanto a encumbradísimos dignatarios de la iglesia que a despecho de lo que debían significar sus capelos cardenalicios o sus mitras arzobispales vivían como auténticos príncipes seculares, grandes potentados con las arcas rebosantes de dinero; organizaban magníficas fiestas, se rodeaban de bellas cortesanas y sostenían amantes oficiales u oficiosas. Todo eso ya no "impactaba" demasiado. Pero con los Borgia se podía crear una especie de culebrón que lo tenía todo para cautivar la atención del público: un Papa que aspiraba a ser Alejandro El Grande, de carácter profundamente carismático y figura voluminosa, con una ex amante oficial de gran encanto -Vanozza- y un posterior romance que venía a representar un bocado excelente para cotillas, con Giuilia la Bella, una Orsini; varios hijos de distintas naturalezas, que contendían entre sí por distinguirse; el añadido de esposas políticas tan entretenidas como Sancia de Aragón, la mujer de Joffré...y, por supuesto, faltaría más, rien ne va plus: ¡Lucrezia!. Poner a Lucrezia en el vértice de una serie de amores prohibidos dentro del clan Borgia era el aditivo determinante, lo que ponía el toque decisivo de sal y pimienta en aquella historia de ambiciones, rivalidades, querellas que podían resolverse mediante muertes no naturales, etc.

A mis ojos, Lucrecia fue más bien una de las muchas mujeres que a lo largo de la historia se encuentran con que su sino depende por entero de su estirpe.

En cuanto a César...veo en él un auténtico príncipe de la Italia del siglo XV. La cuestión es que, hablando con propiedad, él no era un príncipe que representase a un linaje, una dinastía, implantada en alguno de los numerosos estados y con vocación de mantenerse a través del tiempo por mor de un mecanismo de sucesión de padres a hijos. No era un heredero de los Visconti, de los Sforza o de los d´Este. Era un Borgia, sí, pero a fín de cuentas los Borgia venían representando una familia foránea que había alcanzado una posición preeminente al proporcionar dos Papas a la cristiandad. Cuando Alejandro VI dejase de ser Papa, previsiblemente se acabaría el pretendido dominio Borgia. Siempre he pensado que esa idea debía resultarle inaceptable a César; su vida entera es una lucha por consolidarse a sí mismo y a su linaje para no tener menos perspectivas de futuro que los Sforza o los d´Este. En esa lucha todo valía, se echaba a un lado cualquier cosita que pudiese estorbar como el sentimentalismo, el sentido del honor o los escrúpulos de conciencia. Pero no creo que en ese plano César sea un caso único. Nicoló III d´Este o su hijo Ercole I d´Este tampoco fueron unos mansos corderitos, por ejemplo; y, para no caer en lo obvio, me resisto a mencionar a mis favoritos los Sforza, que vaya tela para cortar en torno a figuras como la de Ludovico il Moro. Si se revisan en detalle las biografías de esos hombres, más o menos andan a la par con César en la lista de "desmanes y crímenes atribuídos". La virtud representaba un bien tremendamente escaso en las cortes renacentistas italianas, para qué engañarnos...


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 Asunto: Re: Cesar y Lucrecia Borgia, ¿victimas del destino?
NotaPublicado: 14 Nov 2010 10:19 
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Aprovecho para dejar mi imagen predilecta de Lucrecia. Recuerdo bien que fue al descubrir ese cuadro cuando decidí empezar a recabar información acerca de esa mujer que parecía representar en su personita todas las infamias. Es cierto que el diablo fue en realidad el más hermoso de los ángeles o que los lobos pueden adoptar piel de cordero, pero ese cuadro me sugirió una Lucrecia esencialmente luminosa a quien los detractores de su poderosa familia calumniaron brutalmente. Sigue siendo mi punto de vista acerca de ella ;)

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 Asunto: Re: Cesar y Lucrecia Borgia, ¿victimas del destino?
NotaPublicado: 15 Nov 2010 07:10 
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Muchas gracias por pasar por este hilo minnie, como le había mencionado, al realizar un trabajo sobre estos hermanos me he encontrado con grandes prejuicios y mentiras que al analizar sus vidas pueden ser desmentidos, espero que siga acompañándome minnie en este tema sobre ellos.
He aquí la otra imagen de Cesare Borgia que esta más o menos confirmada porque todas las imágenes de los dos hermanos no pueden ser confirmadas totalmente y sus verdaderos rostros, son un enigma tanto como las fechas de sus nacimientos en el caso de Cesar o la paternidad, dado que Rodrigo Borgia dudo en algún punto de ser el padre no solo de Joffre sino también de Cesar si bien se acepta universalmente que ambos son hijos del futuro Alejandro VI

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Desde aquí arranca parte del prejuicio y el error sobre Cesar, por principio de cuentas el hombre no era feo, era considerado en su juventud como alguien seductor y muy atractivo, lejos de la imagen violenta que se tiene del valentino Sarah Bradford cita a testigos y testimonios tan diversos de embajadores que mencionan que Cesar era encantador, gallardo, educado, excelente bailarín, gran conversador, culto, en fin un príncipe del renacimiento a la altura de Enrique VIII o Francisco I, además su estampa física en la adolescencia y la primera juventud debió ser en extremo seductora pues según ivan cloulas el encanto de Cesar era tan grande como el de su cuñado el duque Alfonso de Aragón que era considerado como un hombre muy bien parecido, por tanto la imagen de un Cesar repugnante, enloquecido por la sífilis, violento y colérico debe desterrarse por completo de la mente de aquellos que analizan la vida del joven Borgia, al menos en sus primeras etapas, antes del año de 1500.
Como bien dice usted Minnie, muchos autores de diversos momentos históricos se han recreado exagerando y satanizando a Cesar, citando atrocidades brutales, asesinatos en masa, torturas, saqueos, violaciones, Cesar a sido acusado de todo lo acusable… sin embargo si se analiza con justicia y con imparcialidad, se vera por principio de cuentas que varios de los crímenes de los que se acusa al duque de Romaña no tiene mas sustento histórico que lo dicho sobre Tiberio por Suetonio, varias de las atrocidades sobre él no pueden ser probadas porque solo provienen de una fuente que en la mayoría de los casos eran historiadores, embajadores y demás testigos de dudosa credibilidad al estar al servicio o ser ellos mismo enemigos de los Borgia por lo que eran parciales y en muchos casos mentirosos
Es innegable por otro lado que Cesar fue un hombre cruel, decidido, militar brillante y por tanto sin reparos en derramar la sangre necesaria para obtener sus metas, claro que cesar estaba lejos de ser un ángel o un gobernante pacifista y en busca de la concordia, sin embargo NINGUN gobernante de la época puede ser postulado como santo, desde los propios príncipes de Italia que se darían festines criticando e injuriando a Cesar, ya menciono usted al duque el Moro, a Ercole I d´Este y hay muchos mas ejemplos, Federico da Montefeltro, la diablesa de Imola Catalina Sforza o el mismo Julios II, il terrible, aquel que durante el asedio de Bolonia autorizo que la ciudad fuese arrasada y que su población entera fuese excomulgada y ejecutada de este tamaño era el papa. Ahora salgamos de la península Italiana, en España, nadie podrá decir que el rey católico Fernando de Aragón era un hombre honorable, él hacia lo que tenia que hacer engañando y traicionando a quien fuese requerido según las circunstancias, de hecho Maquiavelo se baso no en la vida de Cesar sino en las vidas de Fernando de Aragón y de Alejandro VI, para idear al protagonista de Il Príncipe, así que el rey no era ni un santo ni hombre compasivo y si un rey ambicioso y sin escrúpulos igual que Cesar ahora vallamos a Inglaterra, de Enrique VIII podemos decir que era un joven gallardo y bien intencionado, pero el se transformo en un monstruo, durante su reinado fueron ejecutados mas de 80, 000 personas por distintos motivos casi ninguno valido, Enrique era extraordinariamente cruel, ambicioso, sediento de poder y gloria a cualquier precio, en fin todo menos un angelito, en Francia Louis XII era igual, ambicioso, cruel, sediento de gloria y poder a cualquier costo, lo mismo podemos decir de su sucesor Francois I, que durante toda su juventud demostró una ambición sin limites y una arrogancia y un desinterés por su pueblo muy evidentes, y esto es solo por citar algunos ejemplos, Cesar era un hombre de su tiempo igual que muchos otros príncipes ambicioso, cruel, sediento de gloria, pero al mismo tiempo fue un mecenas, culto y refinado, con luces y sobras, mas sombras eso es evidente pero como usted dice no era peor y quizás era mejor que varios gobernantes que fueron sus contemporáneos y con los que la historia ha sido mucho más indulgente que con el valentino
Sobre Lucrecia se puede decir que era un ángel, compasiva, caritativa, dulce, bella, sensible, refinada, gobernante sensata, en fin, si uno conoce su vida el juicio sobre ella debe ser totalmente exculpatorio, con Crecia si no hay lugar a dudas ella fue victima de su familia y en especial de su padre el papa
Esto nos lleva a otro mito sobre Cesar, que el amor que su padre el papa tenia por él hacia posible que Cesar manipulara al papa y le permitía todo tipo de atrocidades ya mencionadas, creo que nadie que conozca la vida de Rodrigo a fondo podría creer que Cesar lo manipulaba, eso es increíble, el papa era un hombre de estado, astuto como zorro, brillante, manipulador, etc., dudo mucho que se dejase manejar por su hijo, por otro lado los historiadores están de acuerdo que Cesar no era su favorito sino que era Juan de Gandía su primogénito y el favorito del papa, de hecho según Ivan Cloulas, el papa siempre creyó en su fuero interno que el asesino de Juan fue Cesar y que siempre sintió recelo de ese hijo tan independiente, tan violento, tan ambicioso, en ese punto yo estoy con Vazquez Montalban en el sentido que Cesar fue un instrumento mas del papa tanto como Lucrecia a quien por cierto utilizaba para controlar al valentino dado el indudable cariño que él sentía por su hermana y que era retribuido, Cesar creo fue también un instrumento de Rodrigo a la mayor gloria de los Borgia, creo yo que esto ultimo es digno de análisis, las biografías de Lucrecia concuerdan en que ella fue usada como moneda de cambio por su padre, pero no han reparado que Cesar fue también usado por el gran titiritero que fue Rodrigo Borgia para los fines del papado, creo yo que si analizamos la vida del valentino veremos cierto recelo a su padre, recelo que era mutuo y un deseo como dice minnie de independizarse por medio de la romaña a la muerte de su padre, en lo personal quisiera dejar esa pregunta al aire ¿Cesar fue en verdad el manipulador de su familia o fue simplemente un instrumento mas en el deseo de su padre de dejar su huella a imagen del mismo Alejandro de Macedonia?

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 Asunto: Re: Cesar y Lucrecia Borgia, ¿victimas del destino?
NotaPublicado: 15 Nov 2010 15:32 
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Estimado Principe de Paris: Muy buen trabajo llevas realizado en este más que interesante hilo sobre tan contravertidos personajes, cuya memoria ha sido enlodada tan groseramente a través de los siglos, empezando por sus mismos contemporáneos. Mis más sinceras felicitaciones y por si no lo has leído te recomiendo el excelente libro sobre César Borgia escrito por Clemente Fusero... :thumbup:


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 Asunto: Re: Cesar y Lucrecia Borgia, ¿victimas del destino?
NotaPublicado: 15 Nov 2010 16:02 
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Registrado: 20 Sep 2010 16:55
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Felicitaciones Principe, acaparaste mi atencio por un buen rato. Un placer leer tu hilo.
En Los Borgia, un libro que me gusto bastante, Mario Puzo retrato con un poco de compasion a Lucrezia, la puso en un lugar en que fue manipulada por sus parientes segun sus necesidades.


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 Asunto: Re: Cesar y Lucrecia Borgia, ¿victimas del destino?
NotaPublicado: 15 Nov 2010 20:30 
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Aqui las imagenes de Joffre Borgia

Y su hermano Juan

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En efecto en el trabajo de Puzo trata de dar una explicación diferente a los acontecimientos de Cesar y Lucrecia, los humaniza y da el punto de vista del autor sobre sus motivos y sus causas para hacer lo que hicieron, por tanto es un buen primer acercamiento para quienes deseen abordar a dos figuras tan polémicas y tan difamadas por la historia, precisamente a raíz de leer ese trabajo y posteriormente adentrarme en las investigaciones de Bradford o de Ivan Cloulas que forme en mi mente la teoría de que Cesar había sido usado de la misma manera que fue usada Lucrecia por su padre el brillante y maquiavélico Rodrigo Borgia, para muchos podría resultar un tanto increíble imaginar a un Cesar siendo manipulado pero hay algunos indicios que pueden indicar que si era un títere.
1: El cardenalato, el no quería ser cardenal ni tenia el deseo ni la voluntad de serlo, allí Christopher Hibbert es incisivo, y de allí sale la teoría de que Cesar no era el primogénito sino el segundo, dado que seria algo inédito que el primer hijo fuese destinado a la iglesia y el segundo al ejercito, es como ya lo he mencionado importante entender que Cesar fue acusado sin pruebas mas allá de la envidia de haber asesinado a su hermano Juan en 1497, no hay ningún testimonio que pueda inculpar a Cesar en el asesinato, a diferencia del caso de su cuñado Alfonso en el caso de Juan lo único que se puede levantar contra Cesar es la sospecha y su fama bien ganada de cruel, pero lo importante es que el papa lo creyó y comenzó a recelar de su hijo y tratarlo de forma fría y distante creyendo siempre que Cesar había sido el asesino de Juan que por otro lado tenia también una legión de enemigos que pudieron darle su chapuzón en el rio tiber
2: En esos momentos por razones evidentes Cesar renuncio al cardenalato y tomo por fin las armas en su brillante carrera militar, sin embargo como bien dice minnie toda su vida quiso crearse un estado propio no feudatario de la iglesia donde estuviera seguro a la muerte de su padre y es evidente que ambos hombres se recelaban mutuamente, no siempre estaban de acuerdo y tuvieron fuertes discusiones entre ellos, la primera boda de Lucrecia o el comportamiento de Juan serian ejemplos de diferencias fuertes entre padre e hijo durante toda su vida, en especial en el regreso de Cesar de Francia, siendo ya duque de Valentinois
3: El la forma brutal en que fue usada Lucrecia por su padre siempre se suele decir que Cesar también estaba implicado, pero de nuevo no imagino al papa Alejandro VI preguntándole su opinión a Cesar sobre las dos primeras bodas de su hermana, como no le pregunto si él quería ser cardenal o no, el papa actuaba y su familia obedecía, es todo, hay también evidencia que Cesar desaprobó el matrimonio de Lucrecia con Giovanni Sforza por considerar que no era adecuado al no tener importancia política real, asimismo al principio quería aplazar el matrimonio de su hermana con Alfonso de Aragón por todo el escándalo no solo de la virginidad de Lucrecia, sino por algo mucho mas importante el asunto del “infante romano” al que pronto llegaremos, así que Lucrecia fue un peón de su padre, pero no de su hermano que solo aprobó lo que el papa decidía y que no podía oponerse a las decisiones de Alejandro VI, paso también con el tercer matrimonio de Lucrecia fue decidido por el papa no por Cesar que sin embargo si apoyo esta unión porque no había comparación entre los dos maridos de Lucrecia y el heredero de Ferrara y Módena.

Por tanto creo yo que Cesar y Lucrecia fueron peones de su padre en el gran tablero donde compitió con reyes y príncipes, por otro lado la actitud del papa no fue diferente a la de otros gobernantes de su tiempo, los reyes católicos, Enrique VIII, los reyes de Francia del momento, el mismo Carlos V, todos los príncipes “usaron” a sus familias, muy especialmente a sus hijas o hermanas como peones, baste recordar el triste destino de Leonor de Austria, la hermosa hermana de Carlos V, por tanto decir que el papa uso a Lucrecia es una redundancia dado que LA MAYORIA de los gobernantes de Europa hacían lo mismo hasta bien entrado el siglo XX.
Es por eso que yo sigo a Christopher Hibbert en el sentido de que tanto Cesar como Lucrecia fueron ambos instrumentos del poder de Alejandro VI, ambos no solo Lucrecia solo que Cesar al ser hombre no sufrió el destino de matrimonios rotos y maridos asesinados, pero fue manipulado por el papa que no hacia lo que Cesar quería, la prueba es su cardenalato, de no haber muerto Juan, Cesar hubiera seguido siendo cardenal muy a su pesar algo que es históricamente cierto y sin lugar a dudas

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