Para empezar por el principio...
...tenemos a esta dama:

Se llamaba Madeleine. En realidad, se llamaba Madeleine de La Tour d'Auvergne. De su padre, Jean III conde de Auvergne, no pudo guardar memoria alguna, dado que él murió en el mismo año en que nació Madeleine. La madre, Jeanne de Bourbon-Vendôme, poseía un magnífico arbol genealógico: entre sus ancestros, figuraba Robert conde de Clermont, el menor de los hijos del rey santo Louis IX y de Marguerite de Provence; este Robert de Clermont se había casado con Beatrix de Bourbon, conectando de manera definitiva el linaje de los Capetos con el frondoso enramado de los Bourbon.
Jeanne de Bourbon-Vendôme conocía bien la viudedad. Con veintidós años, la habían otorgado en matrimonio al duque Jean II de Bourbon...un sexagenario. De ese enlace sólo había nacido un niño, Louis de Clermont, fallecido en la cuna. El fallecimiento del duque Jean II de Bourbon, acaecido poco después, dejó a Jeanne en libertad de casarse en segundas nupcias con Jean III conde de Auvergne. La vida en común de ambos apenas se prolongaría durante seis años, produciendo dos niñas: Anne y Madeleine.
Al cabo de tres años, Jeanne de Bourbon-Vendôme casaría en terceras nupcias con François baron de la Garde. No habría descendencia de esa unión.
Las expectativas de Jeanne, lógicamente, se centraban en sus hijas La Tour d´Auvergne: Anne y Madeleine. Con nueve años de edad, Anne se convirtió en la esposa de John Stuart duque de Albany. John había tenido por padre a Alexander Stuart, hijo a su vez de James II de Escocia y la reina consorte Mary de Gueldres; esto convertía a John en un sobrino por vía paterna del rey James III de Escocia, hermano mayor de Alexander de Albany. Por otro lado, la madre de John de Albany había sido Anne de La Tour d´Auvergne, una hermana de Jean III, el padre de nuestra Anne de La Tour con la que se casó John. En fín: que Anne era prima hermana de John debido a que la madre de éste era tía homónima de ella. Para el caso, la boda resultaba de lo más satisfactoria.
Aquí la que nos interesa, de cualquier manera, es Madeleine. Ella tenía cuatro años cuando su hermana Anne se transformó en duquesa de Albany. Trece años más tarde, le tocaría el turno de servir de peón en el juego de las alianzas. En lo que a Madeleine le concierne, su compromiso fue una decisión del rey de Francia, François I. François I nunca olvidaba que descendía de los orgullosos Visconti que habían regido el ducado de Milán; aquello lo tenía muy a gala y lo usaba de refuerzo psicológico para su empeño en sostener una posición destacada en Italia. Necesitando reforzar sus conexiones italianas, François negoció hábilmente con la Santa Sede, encarnada por entonces en el Papa Leon X, nacido Giovanni de Médici, perteneciente a la dinastía de los Médici que gobernaba Florencia. El broche de oro lo pondría una boda: la de Madeleine de La Tour d´Auvergne, "querida prima" de François, con Lorenzo de Médici, un sobrino de León X, flamante duque de Urbino.