SALTO DE MATA
«Puede ser que mi bisabuelo fuera el padre de la reina Isabel II»
Enrique Jover Capitán retirado de Infantería del Ejército de Tierra
Enrique nació en Granja de Rocamora hace 94 años y, como sus hermanos, fue 'Hijo del Cuerpo' hasta ser capitán de Infantería del Ejército de Tierra, consiguiendo galones que demuestran su andadura en el campo de batalla y su experiencia como superviviente de la Guerra Civil española. Hoy, en su pueblo natal, descansa, observa su colección de sellos y su memoria ayuda a hacer un repaso sobre los comportamientos y hazañas del pasado.
- Desde que era muy joven estuvo vinculado a los uniformes del Ejército, ¿no?
- Sí, con 16 años ya estaba dentro del Cuerpo, del mismo
modo que lo hicieron mis hermanos. A los 18 ingresé y recuerdo que en 1934 participé en los campeonatos militares, en las disciplinas de lanzamiento de disco y tiro olímpico.
-¿Se trata de tradición familiar?
- Sí, esta inclinación a prestar servicio militar es común en mi familia. Mi padre, Andrés Enrique, que era de Granja de Rocamora y falleció en 1949, fue nombrado capitán después de la Guerra de la Independencia de Filipinas y uno de sus hermanos combatió en la División Azul. Pero esta tradición se remonta a mi bisabuelo materno, Francisco Martínez, que fue comandante de campo del Ejército de la Reina María Cristina durante un tiempo, aunque después fue apartado.
- ¿Cuál fue la causa?
-Los borbones siempre han pecado de promiscuos y por aquel entonces andaban rumores de que la reina y Fernando VII no podían tener descendencia. La pareja era al mismo tiempo sobrina y tío y él ya tenía unos años puesto que este matrimonio era el cuarto para el Rey. En 1830 nació la futura Isabel II, todo un acontecimiento por su ansiada llegada y los rumores de paternidad que acechaban sobre la criatura, que apuntaban a mi bisabuelo Francisco Martínez. Entonces, éste tentó a duelo al mayor instigador que resultó muerto. Al tratarse de una lucha ilícita, mi bisabuelo sufrió el alejamiento del ejército, pero la Reina le recompensó con el nombramiento de Caballero Cubierto ante el rey antes de que éste falleciera.
-¿Qué le une a Filipinas?
- Mi abuelo, Federico Martínez, que era de Alcantarilla, fue administrador de la tabacalera de Manila del II marqués de Comillas, Claudio López Brú, y que tras la II Guerra Mundial mi abuelo se quedó con la tabacalera insular. Allí mi abuelo conoció a mi abuela, Máxima Agcaoli Leaño, y tuvieron once hijos, y mi padre conoció a mi madre, Luisa Martínez Agcaoli. Los viajes se realizaban en barco y se tardaba casi setenta días. En los últimos años del siglo XIX mi familia regresó y se instaló en Granja de Rocamora. A Filipinas también llegó una carta que escribí en 1952 y que, sin tener dirección, llegó a su destinatario por el dibujó que expresé en el sobre: un avión y un mapa donde se trazaba una flecha desde España hasta Filipinas. Dio la vuelta al mundo a través de los periódicos.
-¿Cómo recuerda esos primeros momentos de la Guerra Civil?
- Intuíamos que se iba a producir, ya que meses antes se habían vivido la revolución de Asturias en 1934, la muerte de Sanjurjo y encarcelamientos. El tiempo que duró lo pasé en Alicante. Fue difícil combatir y no pensaba que iba a ser tan sangrienta, ya que la definiría como lucha carnicera entre hermanos.
-¿Fue fácil el regreso a casa y la adpatación a un nuevo sistema?
- No había manera de terminar la guerra. Estuve en la cárcel tres meses y salí en enero de 1940 para seguir con el trabajo en la central telefónica que había iniciado mi padre en los años treinta.
SINCERAMENTE,NO CREO LO QUE DICE ESTE SEÑOR,DADO QUE MARIA CRISTINA SE QUEDA EMBARAZADA DE UNA VIOLACION DE FERNANDO VII.