Hermosa

Con Philipos

Esta foto aparece hoy mismo en The Telegraph respecto a que ssalieron a la luz algunas notas sobre Alicia de Battemberg cuando en los últimos años de Winston Churchill se trataba la ley de matrimonios reales, sacando a relucir que posiblemente el matrimonio de los abuelos de Felipe de Edimburgo fuera nulo.
La crisis surgió cuando un primo lejano alemana de la Reina y el Duque, el príncipe Ernesto de Hannover, presentó una demanda ante el Tribunal Superior para obtener la ciudadanía británica.
Durante el caso sale a luz que la abuela de Felipe y su prometido no habían solicitado la aprobación de su matrimonio. Según una ley de 1772, las uniones de este tipo requieren del reconocimiento soberano para ser legales. Si no es así, el matrimonio se declara nulo y los hijos, ilegítimos.
El gabinete al parecer estaba preocupadísimo dos años antes de la coronación de la Reina y se tomaron medidas para que no transcendiera la información. Sólo ahora salen a la luz las transcripciones. Churchill dio carpetazo al tema diciendo que el asunto no afectaba al Duque sino a su madre.
Michael Jones, ex editor político de The Sunday Times, se encontró con las notas mientras investigaba para un libro sobre los contactos secretos entre Downing Street y el Palacio de Buckingham.
"Antepasados alemanes de Felipe no había solicitado el consentimiento del soberano a casarse porque pensaban que no lo necesitan", dijo.
"Los matrimonios no aprobados son nulos en virtud de la Ley y los hijos de ellos son ilegítimos. Eso explica la alarma de Churchill sobre la madre de Felipe. No habría importado si Felipe no se había casado con Isabel".
Se adoptaron medidas para suprimir toda mención de la ley en caso de Ernesto, que duró un año.
Funcionarios del gobierno la ley resistió reclamo de Ernesto en el Tribunal Supremo y el príncipe perdió la primera ronda, pero ganó en la apelación.
Que los ciudadanos paguen impuestos para que los burócratas se entretengan en llamar bastarda a una muerta que dio mucho de sí en vida aporta muchísimo a la humanidad: risa, mucha risa, y por supuesto,el consiguiente descrédito del mundo de alcanfor de los cerebros oprimidos por el metal y las gemas. Una nada elegante forma de tirarte piedras a tu propia tiara.