Cortesanos y funcionariosConstantino respetaba la cultura y el cristianismo, y su corte estuvo compuesta por viejos, respetados y honorables hombres. A aquellas familias romanas que rehusaban el cristianismo se les denegaban las posiciones de poder, si bien dos tercios de los altos cargos del gobierno siguieron siendo no cristianos.
Constantino retiró su estatua de los templos paganos. La reparación de estos templos fue prohibida, y los fondos fueron desviados en favor del clero cristiano. Se suprimieron las formas ofensivas de adoración, fueran cristianas o paganas. En la reinauguración de Constantinopla en 330 se efectuó una ceremonia mitad pagana y mitad cristiana. En la plaza del mercado se impuso la cruz de Cristo sobre el carro del Dios Sol.
El reinado de ConstantinoPolítica interiorConstantino fue también conocido por su falta de piedad para con sus enemigos políticos, ejecutando al Emperador Romano Oriental Licinio, su cuñado, por estrangulación en 325, a pesar de que había prometido públicamente no ejecutarle antes de su rendición en 324. En 326, Constantino ejecutó también a su hijo mayor, Crispo y unos meses después a su segunda esposa Fausta (Crispo era el único hijo que tuvo con su primera esposa Minervina). Corrieron rumores sobre una presunta relación entre hijastro y madrastra que supuestamente podría haber sido la causa de la ira de Constantino, sin embargo, estos rumores sólo se encuentran documentados por los historiadores Zósimo (siglo V) y Juan Zonaras (siglo XII) y sus fuentes no han sido establecidas. Otra de las teorías sobre la muerte de Crispo fue que Fausta estaba envidiosa ya que el hijo de Constantino no era hijo de ella y era un gran comandante militar y posible sucesor del Imperio y falsamente le dijo al emperador que su hijo no respetaba el cristianismo. Luego Constantino se arrepintió y vivió atormentado por la muerte de Crispo hasta que fue bautizado, ya que le prometieron que esta ceremonia lavaría sus pecados.
Las leyes de ConstantinoLas leyes de Constantino mejoraron en muchas facetas las de sus predecesores, aunque también son un reflejo de una época más violenta. Algunos ejemplos de estas leyes son:
• Por primera vez, las niñas no podían ser secuestradas.
• Se ordenó la pena de muerte para todos aquellos que abusaran de la recaudación de impuestos recaudando más de lo autorizado.
• No se permitía mantener a los prisioneros en completa oscuridad, sino que era obligatorio que pudieran ver la luz del día.
• A un hombre condenado se le podía llevar a morir a la arena, pero no podía ser marcado en la cara, sino que debía serlo en los pies.
• Los padres que permitieran que sus hijas fueran seducidas serían quemados introduciéndoles plomo fundido por la garganta.
• Los juegos de gladiadores fueron eliminados en 325, aunque esta prohibición tuvo poco efecto.
• El propietario de un esclavo tenía sus derechos limitados, aunque aun podía golpear a éste o matarle.
• La crucifixión fue abolida por razones de piedad cristiana, aunque el castigo fue sustituido por la horca para mostrar que existía la ley romana y la justicia.
• La pascua podía ser celebrada públicamente.
• El domingo fue declarado día de reposo el 7 de marzo del 321 sustituyendo así el sábado por el domingo,4 en el cual los mercados permanecerían cerrados, así como las oficinas públicas (excepto para el propósito de la liberación de esclavos). No había restricciones para el trabajo en las granjas.
Reforma militarConstantino continuó la reforma introducida por Diocleciano que separaba el poder civil y militar (Ferrill 1986). Como resultado, generales y gobernadores detentaban menos poder que durante la anarquía militar. Criterios tanto económicos como de seguridad llevaron a la
modificación de la Gran Estrategia del Imperio Romano durante la primera época del siglo IV. Constantino convirtió el viejo sistema de frontera fortificada en un sistema de defensa elástica en profundidad con la formación de una gran reserva central (comitanenses) en detrimento de las tropas de frontera (limitanei o ripenses) y el fortalecimiento de la caballería. El mando del nuevo ejército móvil era compartido por dos mariscales de campo.
Constantino disolvió la guardia pretoriana y en su lugar estableció las Scholae Palatinae; cuerpos de caballería de élite, principalmente de origen germánico. Por otra parte, el tamaño de la legión se redujo a 1.000 soldados.
Este cambio en la estrategia, criticada por historiadores como Zósimo y Edward Gibbon y defendida por otros como Mommsen, permaneció hasta la caída del Imperio Romano de Occidente.
Acciones militaresSu victoria en 312 sobre Majencio en la batalla del Puente Milvio le convirtió en gobernante de todo el Imperio Romano de Occidente. Gradualmente fue consolidando su superioridad militar sobre sus rivales de la ya desmenuzada tetrarquía. Ya ocupada Roma celebró un triunfo por sus victorias contra los germanos del Danubio (296) y Rin (305-306), persas en Siria (297-299) y pictos (306). Su exito más importante en esas campañas fue sometimiento de Chrocus, rey de los alamanes (306).
En 320, Licinio, emperador de la parte oriental del Imperio, renegó de la libertad de culto promulgada en el Edicto de Milán en 313 e inició una nueva persecución de los cristianos. Esto suponía una clara contradicción, ya que su esposa Constancia, hermanastra de Constantino, era una influyente cristiana. Esto derivó en una disputa con Constantino en el oeste, que tuvo su clímax en la gran guerra civil de 324. Los ejércitos implicados fueron tan grandes que no se tiene constancia en Europa de una movilización similar al menos hasta el siglo XIV. Licinio, ayudado por mercenarios godos, representaba el pasado y la antigua fe del paganismo. Constantino y sus francos marcharon bajo el estandarte cristiano del lábaro, y ambos bandos concibieron el enfrentamiento como una lucha entre religiones. Supuestamente rebasados en número, aunque enaltecidos por su celo religioso, el ejército de Constantino resultó finalmente victorioso, primero en la batalla de Adrianópolis en 324 y más tarde su hijo Crispo dio el golpe de gracia a Licinio en la batalla naval de Crisópolis. Ahora era el único emperador de un Imperio Romano reunificado. (MacMullen 1969)
Constantinopla
Esta batalla representó el final de la vieja Roma y el inicio del Imperio Oriental como centro del saber, de la prosperidad y de la preservación de la cultura. Constantino reconstruyó la ciudad de Bizancio, cuyo nombre procedía de los colonos que la fundaron en el 667 a. C. precedentes de la «polis» griega de Megara bajo el mando de Byzas. Constantino renombró la ciudad, poniéndole el nombre de «Nueva Roma» (Nova Roma), otorgando a ésta un senado y oficiales civiles de forma similar a la antigua Roma, y bajo la protección de la supuesta Vera Cruz, la vara de Moisés y otras reliquias sagradas. Las imágenes de los viejos dioses fueron reemplazadas o asimiladas con la nueva simbología cristiana. sobre el lugar donde se levantaba el templo de Afrodita se construyó la nueva Basílica de los Apóstoles. Varias generaciones más tarde se difundió una historia sobre la visión divina que llevó a Constantino a reconstruir la ciudad, según la cual un ángel que nadie más podía ver le condujo en un circuito a través de los nuevos muros. Tras su muerte, la ciudad volvió a cambiar su nombre por el de Constantinopla, «la Ciudad de Constantino», y se convirtió de forma gradual en la capital del Imperio. (MacMullen 1969)
Constantino pasaría también a la historia por las leyes que convirtieron los oficios de carnicero y panadero en hereditarios, y más importante aún, por convertir a los colonos de las granjas en siervos, sentando las bases de la sociedad feudal europea de la Edad Media.
La Donación de Constantino.Reforma monetaria e iconografíaA lo largo de su reinado, Constantino introdujo un importante número de cambios en el sistema monetario (Sear 1988). El tradicional áureo dio paso a una nueva moneda, el sólido de 4,50 gramos, como moneda estándar del Imperio Romano. Otras nuevas monedas de oro fueron el semis o medio sólido y el scripulum (3/8 de sólido). En cuanto a las monedas de plata, introdujo el miliarense (de 7,50 a 8,50 gramos) con un valor e 1/18 de sólido y la siliqua con un valor de 1/24 de sólido. El follis, moneda de bronce con baño de plata sufrió varias reducciones de tamaño; se desconoce el nombre de las nuevas monedas resultantes y se ha adoptado para ellas un nombre en código en función de su tamaño.
Las monedas acuñadas por los emperadores revelan con frecuencia su iconografía personal. Durante la primera parte del gobierno de Constantino, las representaciones de Marte y posteriormente de Apolo como Dios Sol aparecen de forma constante en el reverso de las monedas. Marte había sido asociado con la tetrarquía, y Constantino quiso con este simbolismo enfatizar la legitimidad de su gobierno. Tras la ruptura con el viejo colega de su padre Maximiano en 309-310, Constantino comenzó a reclamar su legitima descendencia del emperador del siglo III Claudio Gótico, el héroe de la batalla de Naissus (septiembre de 268). La Historia Augusta del siglo IV dice que la abuela paterna fue hija de Crispo, siendo este Crispo hermano tanto de Claudio Gótico como de Quintilo. Sin embargo, los historiadores sospechan que todo pueda formar parte de una «fabricación genealógica» para favorecer a Constantino.
Claudio Gótico había pedido la divina protección del invicto Apolo/Sol. A mediados de 310, dos años antes de su victoria en el puente Milvio, Constantino experimentó una visión en la cual Apolo se le apareció con presagios de victoria. Tras este hecho, el reverso de sus monedas estuvieron dominados durante muchos años con la leyenda «al aliado Sol Invictus» (SOLI INVICTO COMITI). La descripción representa a Apolo con un halo solar al
modo del dios griego Helios y con el mundo en sus manos. En 320, el mismo Constantino aparece con un halo. También existen monedas mostrando a Apolo conduciendo el carro del sol sobre un escudo que Constantino sostiene y en otras de 312 se muestra el símbolo cristiano del lábaro sobre la armadura de Constantino.
Los grandes ojos abiertos y fijos son una constante en la iconografía de Constantino, aunque no era un símbolo específicamente cristiano. Esta iconografía muestra cómo las imágenes oficiales cambiaban desde las convenciones imperiales de los retratos realistas hacia representaciones más esquemáticas: el emperador como emperador, no simplemente como Constantino, con su amplia y característica barbilla. Esos grandes ojos abiertos y fijos se harían aún más grandes a medida que progresara el siglo IV.