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María Pía, princesa de Saboya, nacida el 14 de febrero de 1847.
Se convirtió en reina de Portugal a raíz de su matrimonio con Luíz I, celebrado en Lisboa el 6 de octubre de 1862.
Su marido, Luíz, fue apodado por los portugueses "O Popular". Durante sus años en el trono, a instancias suyas, se abolieron la esclavitud y la pena de muerte en sus dominios. A la vez, María Pía se ganó el cariño del pueblo por su extraordinaria compasión hacia los desvalidos. Hubo episodios conmovedores que le valieron el apelativo de
O Anjo da Caridade, como, por ejemplo, su impulsiva reacción al recibir la noticia del gran incendio que había arrasado el teatro Baquet en la ciudad norteña de Porto: aunque un formidable temporal desaconsejaba embarcar en Lisboa rumbo a Porto, María Pía insistió en viajar de inmediato afrontando el peligro con tal de poder reconfortar y auxiliar a los damnificados. Paradójicamente, María Pía también era una reina que disfrutaba adquiriendo trajes y complementos, así como llenando de alhajas sus joyeros, lo cual le mereció fama de "reina elegante" en toda Europa. Cuando se enteró a través de un ministro de que muchos le reprochaban esa sofisticación que costaba un dineral, se limitó a responder, con clara frialdad:
"Quem quer rainhas paga-as!" (Quien quiere reinas, las paga).
Esa mujer sensible y artística, vivaz e inteligente, compasiva pero con sus momentos de alegre frivolidad, sufrió mucho en la última etapa de su vida. El hijo mayor e indudable preferido, Carlos, que había ascendido al trono a la muerte del padre con el nombre de Carlos I, falleció en un horrible atentado que también se cobró la vida del hijo mayor de Carlos, el príncipe heredero Luíz Filipe. La reina Amelia, nuera de María Pía, se salvó casi de milagro, al igual que el segundo hijo, Manuel, convertido, de repente, en rey Manuel II. Manuel II se mantuvo poco tiempo en el trono, sin embargo. A partir de octubre de 1910, María Pía, al igual que su nuera y su nieto, conocería la amargura del exilio. Y, en cuanto a su otro hijo, Alfonso, duque de Porto, le daría la puntilla a la orgullosa dama cuando contrajo matrimonio morganático con una norteamericana que llevaba ya a cuestas nada menos que TRES divorcios...
Este tema permitirá descubrir mejor la trayectoria de María Pía, reina de Portugal.