elparaiso2008 escribió:
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Me parece que poner inconvenientes en el echo que doña Isabel descienda de una familia que intervino en el atentado, no significa que ella deba pagar por ello, me inclino más a pensar que no les agrada por ser plebeya, por el estilo de vida del duque, es decir, que de subir al trono no sería al estilo del antiguo régimen .
El tetrabuelo de D. Isabel, António Correia de Herédia era hidalgo de la Casa Real de D. Luís, par del Reino, deputado, y gobernador de Funchal, capital de Madeira. Para agraciarlo por su trabajo humanitário en esa isla, D. Luís le nombra Visconde de Ribeira Seca en 1871, pero este pide al rey que en su lugar conceda el título a su unico hijo varón, Francisco. Este, a pesar de frecuentar la Casa Real, valorizaba mucho los ideales progresistas y revolucionários y más tarde se ha vuelto conspirador contra el Estado. Tomó parte activa en él plano para la intentona de 28 de Enero para asesinar João Franco, siendo mismo en su casa donde en la vispera se ultimaron los últimos detalles. Fue también él quien ha comprado y pagado várias armas con ese objectivo. El golpe ha fracasado, porque la polícia se he enterado en tiempo y ha prendido sus autores, incluyendo al Visconde de Ribeira Seca. Con la lideranza de la revuelta en carcél los comandos de Carbonária han decidido cambiar de alvo. De la carcél, Francisco Herédia envía su hijo António al Paço de Vila Viçosa, donde se encontraba la familia real, para avisar a D. Carlos del peligro que le amenazaba. El rey, aunque estuviera bastante al corriente de los movimientos de las várias facciones republicanas y revolucionárias y no fuese, para nada, un monarca ingénuo y desinformado, ha desvalorizado ese aviso e regresó a Lisboa unos días más tarde tal y como había ya decidido. Así, en 1 de Febrero la familia real entra em Lisboa y luego se da el regicidio. Ambas las armas que mataron al rey y el princípe pertenecian a Francisco Correia de Herédia. Después de este incidente, ningun otro familiar ha querido usar el título, y por ese motivo solo ha habido un Visconde de Ribeira Seca.
Apesar del ascedêncendente republicano de D. Isabel, el argumento de que tal constituye un inconveniente para la causa monárquica, es apresentado solo por algunos partidários monárquicos con intención de destacar otros pretendientes a la corona, que no D. Duarte. El Duque de Bragança no le da demasiada importância a ese parentesco, referiendo que todas las familias tienen sus ovejas negras.
También es verdad que la Rainha D. Amélia cuando ha vuelto a Portugal a convite del Gobierno (y fallecido ya D. Manuel II) ha insistido en hacerse acompañar por el hijo mayor del Visconde de Ribeira Brava.