Al final he visto la serie entera para intentar calmar este aburrimiento que me entra cada año los últimos días del verano. Tienen tela las cosas que dicen o muestran, como un Primer Ministro gritándole al Zar o Alejandra y toda la parentela diciéndole a Nicolás que debía hacer y no hacer. O sea, era el Zar de todas las Rusias por la gracia de Dios, el representante de éste en la tierra. No sabía por dónde le daba el aire en muchas cuestiones, pues no estaba preparado ni era consciente de la realidad, pero de ahí a dejarlo como un monigote... A Rasputín le dejan como merece, e incluso diría que también a Alejandra. No ayudó en nada la pobre, con sus misticismos, su obsesión y su nulo conocimiento sobre la realidad rusa. Y a las niñas me las llevaban por el mismo camino. Era una autocracia con todas las letras.
El mejor episodio el del final. Aunque sea tremendamente duro, muestran la atrocidad que cometieron con unas personas que eran absolutamente inocentes y que no debieron pagar el nada acertado gobierno de los padres. También está bien que sean objetivos respecto a que la situación de Rusia no mejoró con la Revolución rusa. Hubo más guerra, esta vez entre hermanos, más hambruna y ejecuciones y persecuciones ideológicas a mansalva. El Gulag tuvo que ser una maravilla, claro que sí. Que pareciera que nos venden esa revolución como el triunfo de la libertad, y trajo a dos de los mayores asesinos de la historia (antes que Hitler) y una ausencia de democracia que todavía continúa. Ni los Romanov fueron epítome de nada ejemplarizante ni tampoco los bolchviques/soviéticos.
Para entender o intentar ahondar más en los Romanov y su entorno, yo me quedaría con algunos libros y con los fantásticos hilos de Minnie y otros dos que escribió
NANA:
el-final-de-un-imperio-t367.htmlrecuerdo-de-san-petersburgo-t477-12.htmlLas fotos ya no existen, pero vale la pena leerlo.