Es exactamente igual de mala que todas las niñas de buena familia que son contratadas para aprovechar el tirón publicitario que ofrece el hecho de tener unos miles de seguidores en Instagram en su caso sumados al apellido.
Lo de la boca abierta no es nuevo, hoy en día ninguna
modelo sabe posar sin poner morritos y cara lánguida de aburrimiento. Al menos se acabó la tontería de posar en la alfombra roja con una pierna torcida delante de la otra, siempre que las veía me daban ganas de preguntarles si querían ir al baño
Jabo a las firmas no les importa perder dinero con estas niñas ni sus fotos tienen que ver con el hecho de que sepa posar o no, ellos creen que lo ganan en "visibilidad" así que como si sale haciendo el pino, la cuestión es que ella suba la foto a las redes sociales después. La niña vale lo que valgan sus 160.000 seguidores y el caso que estos le hagan cuando publicite un producto, lo mismo que vale Pauline Ducret y sus 52.000 seguidores o Dulceida y sus 5 millones y medio.
_________________
La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.