Minnie escribió:
Aquello era algo novedoso, desde luego: ¡una reina consorte aceptaba que había cometido adulterio y que había hecho pasar por delfín al retoño concebido de manera tan alevosa!. No hace falta ser un lince para determinar que la puesta en escena de Troyes sacudió Francia. Charles el delfín, enterado de todo lo sucedido, experimentó la mayor sensación de vergüenza que hubiera conocido un príncipe de la casa de Valois. Siempre habían circulado aquellos cotilleos en torno a un adulterio de Isabeau con su cuñado Louis duque de Orléans. Siempre se había especulado con que Charles fuese hijo no del rey Charles, sino del extinto Louis duque de Orléans. Esos comentarios, que dejaban por los suelos la reputación de Isabeau, habían saltado de boca en boca. A menudo, los habían difundido los borgoñones, en su eterna querella con los armagnacs. Pero que Isabeau, la mismísima Isabeau, asumiese que su hijo era un bastardo, que su hijo no debía ostentar el rango de delfín, que su hijo no debía heredar Francia...eso fue terriblemente humillante para Charles. Enseguida huyó en busca de refugio. Huyó en busca de una protectora extraordinariamente valiosa: Yolanda de Aragón, llamada la Reina de Cuatro Reinos. Que, dicho así, suena casi a personaje de leyenda...¿verdad?
Me quoteo a mí misma para recordar por dónde íbamos, jajaja. Ya os digo que a partir de aquí voy a pisar a fondo el acelerador, porque todo el "mardito embrollooooo, marditosssss roedoressss" que venía a ser el panorama de la dinastía de Valois en Francia en ese período tan pero tan agitado lo ha reflejado de manera absolutamente ADMIRABLE nuestra Iselen en el tema centrado en Henry V de Inglaterra y su ya legendaria victoria en la batalla de Agincourt/Azincourt.

Resumiendo muchísimo, porque para que os sumerjáis por entero en aquella etapa tenemos el temazo de Iselen: el delfín Charles, el mismito que se había cargado en un puente a Jean Sans Peur, pagó las consecuencias. El hijo del difunto Jean, Philippe, flamante duque de Borgoña, centró todas sus energías en vengarse del asesino de su padre con una compleja serie de maniobras de aproximación a Henry V de Inglaterra, cuyas tropas ocupaban buena parte del territorio francés. Henry llegaría a un acuerdo con el rey loco Charles, cuya esposa Isabeau no dudaría en motejar de bastardo al que, oficialmente, era hijo varón primogénito de ambos: el delfín. La idea era que Henry se casaría con la hija menor de Charles e Isabeau, Catherine; así, lo mismito que en una etapa ulterior su hermana mayor Isabelle, Catherine llegaría a ser la reina de Inglaterra. Pero, además, Henry, mediante su enlace con Catherine, veía subrayados sus "legítimos derechos", recibidos por vía femenina, al trono de Francia. Un eventual hijo de Henry y Catherine
recibiría en su momento las dos coronas, la de su padre y la que, a la sazón, todavía lucía su futuro abuelo materno...
Y el delfín, entre tanto, buscando el apoyo de Yolanda.
Yolanda es un personaje de los que conviene "desprenderse" rápidamente, porque si te quedas enganchada a esa mujer, se convierte en la estrella de este tema que, en realidad, debe enfocarse lo antes posible hacia la corte de Borgoña. Yolanda: hija de un rey de Aragón, el primero llamado Juan, y de Violante de Bar, una inteligente nieta del rey de Juan II de Francia y Bona de Luxemburgo. Yolanda había tenido una hermanita menor, Antonia, pero ésta había muerto en la infancia. Convertida de adulta en un partido la mar de apetecible, había contraído nupcias finalmente con su pariente Luís II de Anjou. Y Louis II de Anjou era, además de duque de Anjou y conde de Provenza y Forcalquier, rey titular de Nápoles, Sicilia y Jerusalén. La boda con Yolanda le permitió reclamar para sí y para su esposa el reino de Aragón a la muerte de Martín I. No la obtuvieron...el castellano Fernando de Antequera tuvo mejor suerte. Pero el título lo usaban...vaya si lo usaban. De ahí ese sobrenombre tan poético que envuelve a Yolanda: reina de los Cuatro Reinos.
Desde luego, por astucia política hubiera merecido ejercer de reina. A Yolanda le resultó conveniente acoger en el Loira, región que ella tenía bajo su control, al delfín Charles. Aunque Isabeau se hubiese acusado a sí misma de adúltera, lanzando el baldón de la bastardía sobre un hijo que, de esa manera, quedaba privado de la legítima sucesión al trono...Yolanda supo ver "más allá" de aquel entramado de circunstancias. Y no sólo protegió al delfín, sino que enseguida amañó la boda de él con una de sus propias hijas: María de Anjou. La boda en Bourges se celebraría en 1422. Señalemos que María de Anjou, bonito peón en los juegos político dinásticos de su madre Yolanda, no tendría jamás especial protagonismo en la escena histórica; se mantuvo en un discreto segundo plano, pariendo catorce hijos para un marido que prefería rodearse de otras mujeres y que acabaría manteniendo una historia increíblemente romántica con Agnes Sorel. María todo lo sobrellevó con mansedumbre y paciencia. Moriría antes de lo esperado...después de haber peregrinado a Compostela

En fín...llevemos ahora la atención hacia otro hombre. Me refiero al duque de Borgoña, Philippe, hijo y sucesor de Jean Sans Peur...