Albert de Bélgica con su flamante prometida, la duquesa Elisabeth en Baviera.
Cuando nació el príncipe Albert, en abril de 1875, sus probabilidades de acabar ocupando el trono belga parecían más bien remotas. Por entonces, gobernaba el país Leopold II, hermano mayor del padre de Albert: Philippe, conde de Flandes. Cierto que Philippe de Flandes constituía, a la sazón, el heredero legítimo de la dinastía, pues su hermano Leopold, infelizmente casado con Marie Henrietta de Austria, sólo contaba con tres hijas excluídas de la sucesión a causa de su sexo: Louise, Stephanie y Clementine. Cierto que la desdichada Marie Henrietta había logrado dar un hijo a su rudo esposo, Leopold, nacido después de Stephanie, pero fallecido en la niñez, antes de que, en un último intento desesperado por reemplazarle, los padres engendrasen a la benjamina Clementine. Tras la llegada al mundo de Clementine, a Leopold y Marie Henrietta, que vivían separados, no se les pasaba por la cabeza siquiera la idea de ir a por un quinto bebé.
Por tanto, cuando muriese Leopold, los derechos dinásticos recaerían en su hermano Philippe, felizmente casado con Marie de Hohenzollern-Sigmarigen. Estos, sin embargo, contaban con un hijo, Baudouin, que sería el previsible heredero de la corona del tío Leopold. Luego venían dos niñas, Henriette y Josephine Caroline, sin derechos por su condición femenina. Albert ocupaba un puesto tercero en el orden sucesorio, detrás de su padre Philippe y de su hermano Baudouin.
Fue la muerte de Baudouin a los veintidós años de edad lo que transformó a Albert, en esa época un chico de once años, en el joven destinado a reinar cuando falleciese su tío paterno Leopold II.
Albert afrontó su nueva posición con entereza y coraje. Poco a poco, se convirtió en un chico indudablemente apuesto, guapo a la vez que atlético debido a su pasión por los deportes, con una notable inteligencia y una veta aventurera, caballeresco y afable. A la hora de elegir esposa, se consideraron distintas opciones. Una de ellas, la de casarle con la archiduquesa de Austria Elisabeth Marie (conocida por el diminutivo de Erzsi), único retoño que había quedado del triste matrimonio de la prima hermana de Albert, Stephanie, con Rudolf de Austria, quedó en agua de borrajas. Leopold II se opuso resueltamente, porque no se llevaba nada bien con su hija Stephanie, madre de Erzsi, debido a que ésta, ya viuda, había contraído un segundo matrimonio "desigual" con un aristócrata húngaro. Otra opción surgió en la Rusia Imperial, cuando la ambiciosa gran duquesa María Paulovna, esposa del gran duque Vladimir, concibió el plan de casar a la única fémina entre sus vástagos, la gran duquesa Helena Vladimirovna, con Albert. Para entonces, éste había puesto ya sus ojos en una guapa princesa bávara: Gabrielle, una de las hijas del duque Karl Theodor en Baviera y la esposa de éste, María José de Portugal. Gabrielle, sin embargo, prefirió a su primo el príncipe Rupprecht de Baviera. Y Albert volvió entonces los ojos hacia la hermana menor de Gabrielle, Elisabeth, que estaba absolutamente prendada del príncipe belga.
A Albert le gustaba Elisabeth, a la que denominaba Lisa. No sentía la misma atracción por ella que había sentido por Gabrielle, pero le gustaba lo suficiente como para considerarla la candidata más apetecible. Quizá influyese el hecho de saber que Lisa estaba asimismo enamorada de él: resultaba cuando menos halagador, servía de aliciente para el noviazgo y presagiaba un matrimonio armónico. Así, Albert y Elisabeth se casaron en octubre de 1900. Los buenos augurios se cumplieron plenamente: ambos formaron una pareja bien avenida, en la que llegaría a existir una profunda complicidad mutua.
Tres hijos consolidaron la unión. Primero, se sucedieron dos varones: Leopold llegó en noviembre de 1901, Charles Theodore en octubre de 1903. Finalmente, la familia se completaría en agosto de 1904, cuando, hallándose Albert y Elisabeth con los niños en su residencia estival de Ostende, se produjo el natalicio de una chiquitina. La bebé recibió el nombre de su abuela materna: María José.
Albert y Elisabeth con sus hijos. Leopold aparece de pie, a la derecha de la imagen; Charles Theodore, con su media melenita rubia, sentado a la izquierda. María José aparece de pié sobre el regazo de su madre.