Eso para las casas del Canal. En cuanto a las casas de interior, aunque sigan perteneciendo a ricos, son diferentes. El mejor ejemplo son los palacios de Salizzada San Lio, una arteria comercial importante, con lo que las plantas bajas eran todas de tiendas abiertas a la calle mientras que la familia vivía encima. En cualquier caso los exteriores de una casa veneciana siempre estarán hermosamente decorados, cosa que los nobles de otras ciudades no podían hacer porque debían mantener su carácter de fortaleza. Sólo un ciudadano de la República podía disfrutar de una bonita arcada, columnas estilizadas, amplias ventanas, mármoles, medallones y capiteles decorados.
A lo largo de los siglos XIII y XIV, conforme el imperio comercial se asentaba, el estilo gótico fue desplazando al bizantino por influencia de las iglesias de las órdenes mendicantes que llegaron a la ciudad (dominicos, agustinos y franciscanos). El entorno de Rialto fue mejorado dragando canales, se construyeron nuevas tiendas y embarcaderos. Los palacios de las grandes familias como los Badoer, los Contarini, Falier, Michiel, Morosini, Polani y Ziani se levantaron en estilo gótico del norte de Europa. Después de los patricios vendrían los
cittadini: mercaderes, notarios, abogados y burócratas y por debajo de todo los
popolani, el pueblo llano, donde había un amplio abanico de diferentes estatus entre panaderos, carniceros, fabricantes de velas, boticarios o cirujanos.
El principal problema de la ciudad es la falta de espacio que obliga a los arquitectos a buscar e inventar soluciones. La forma más obvia de ganar espacio es en altura, pero el suelo inestable de Venecia no lo permite. La siguiente opción es unir las casas unas a otras creando un paso por debajo a través de un arco, el
sottoportego, o acercar mucho los pisos superiores de las casas sostenidos por ménsulas como en la calle del Paraíso.

Las casas siempre comparten el tiro de la chimenea entre todos los pisos, lo mismo en los palacios que en las particulares. El remate de las chimeneas en el tejado, hecho de terracota con forma de campana invertida y decorada, protege los fuegos de la lluvia a la vez que mantiene las chispas en el cañón y evita el riesgo de incendio del tejado.

Una nueva innovación espacial fue abandonar el
androne en forma de T y construir palacios en forma de L, de forma que el hall de distribución recorre un lado del edificio, abriéndose a él las habitaciones más pequeñas. Suelen tener un patio adosado a un lado. Ca’ d’Oro es un ejemplo típico (postal del siglo XIX)

A lo largo del siglo XIV la ciudad se expandió por Santa Croce y Cannaregio, se reformó el palacio ducal y los gremios o los grupos étnicos construyeron
scuole, edificios donde los artesanos se reunían, asistían a los necesitados de su comunidad y celebraban fiestas. Por desgracia la peste negra cortó en seco la fiebre constructiva. De todas formas a lo largo de los siglos, se construyese más o menos, uno de los principales problemas para los ingenieros era el abastecimiento de agua potable. La solución fue el agua de lluvia, mantenida en pozos profundos forrados de arena y arcilla porosa que actuaban como filtro al recoger agua de los canalones de las casas. El brocal del pozo de la plaza pública se convirtió en un centro de reunión y de tertulia vecinal, los ricos tenían sus propias cisternas. En el año 1400 había 4.000 pozos privados y sólo 100 públicos. En épocas de sequía, los
aquaroli cargaban con el agua de los ríos de tierra firme hasta Venecia y el Estado compraba una parte para los pobres.
La preocupación por el agua potable convirtió a los venecianos en los primeros ecologistas. Separaban en cubos el agua de beber del que usaban para lavarse y limpiar que podía ser salada. Como se extraía de los canales, el gobierno tenía estrictas reglas sobre lo que se podía verter en ellos: ni tintes, ni carne podrida, ni ningún tipo de contaminante. Si querías librarte de eso tenías que alejarte laguna adentro, el mismo sitio a donde iban a parar los desagües de las casas ricas, los pobres recurrían a las fosas sépticas.
La mayoría de la Venecia que conocemos estaba ya en su sitio en el siglo XIV y el sistema técnico de construcción siempre fue más o menos el mismo. Primero los cimientos: postes clavados muy, pero que muy, profundamente pasando por el barro aluvial y la arena. Sobre ellos una pila de planchas de alerce reforzadas con piedra y ladrillo. Si la arcilla y la arena estaban demasiado profundas para alcanzarlas los cimientos se contenían con barreras de madera, se drenaban y reforzaban con alerce y roble. La parte alta de los pilotes tenía que estar a unos tres metros de la marca de marea más alta, sobre ellos descansan las paredes de la casa mientras que los tabiques interiores, más ligeros, pesan sobre la pila de alerce y piedra. Los suelos comenzaban con una base de roble, las piedras y mármol se unían con mortero. Las fachadas de ladrillo solían ser de dos colores, los tejados de ladrillo y teja romana y los canalones de piedra vertían en los pozos.
Tejas y ladrillos se elaboraban en las industrias de la ciudad, la caliza se traía de Istria y el mármol rojo de las chimeneas de Verona o incluso de Constantinopla, el roble de los pilotes era dálmata y el de suelos y tejados de Friuli y Treviso, el alerce de los Dolomitas. Las casas nobles tenían cristal en las ventanas y aunque el hierro es necesario se utilizaba con prudencia en este húmedo y corrosivo clima.
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.