Un ´perturbado´ increpa a Letizia con un grito de amenaza al monarca
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La Princesa, junto a los pequeños Zacharias y Alba, disfruta con la actuació de la enfermera ´Flipi´. Fotos: Lorenzo
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Letizia se atrevió a cantar en catalán ´Sol, solet´ con los niños. Actual
Detenido un hombre que interrumpió la comitiva de la Princesa de Asturias, que visitaba a La Sonrisa Médica en Son Dureta, exclamando "muerte al Rey"
VANESSA SÁNCHEZ. PALMA. Lo que tenía que haber sido una apacible y simpática visita a Son Dureta para conocer de primera mano la labor de los payasos de La Sonrisa Médica, será recordado por un incidente a la entrada del hospital palmesano. Doña Letizia, que ayer se estrenaba en la isla en acto oficial sin la compañía del Príncipe de Asturias, tuvo que soportar los gritos de un hombre que la increpó e intentó abalanzarse sobre ella a su llegada al vestíbulo del pabellón materno-infantil y que, entre otros gritos, exclamó un sonoro "¡muerte al Rey!" en medio de una enorme expectación. Los que allí se encontraban, personal sanitario, enfermos y familiares, asistieron en directo a los primeros intentos de los miembros de seguridad por mantener el orden y que "para evitar una situación de riesgo" decidieron "inmovilizar" al sujeto en cuestión, según palabras del delegado del Gobierno en Balears, Ramon Socías, que intentó restar importancia a este "incidente menor".
Minutos antes de este susto -que no fue captado por ningún reportero gráfico ni cámara de televisión ya que habían sido ´colocados´ en la séptima planta del edificio a la espera de la llegada de la Princesa de Asturias- el hombre, que según explicaron fuentes de la Casa Real tiene 55 años, es de nacionalidad italiana aunque nació en Argentina y posee tarjeta de residente en España, paseaba tranquilo por el vestíbulo, resguardado entre la multitud. Incluso preguntó con total naturalidad en dos ocasiones a esta periodista y otra compañera si "la Princesa" "pasaría" por aquel pasillo o "cogería" ese ascensor.
Lo que ocurrió después es contradictorio. Mientras algunos testigos aseguran que esta persona, de estatura baja y que vestía de manera informal, no llegó a tocar a Letizia y sólo se mostró nervioso y alterado al paso de la delegación oficial, otros afirman que estuvo muy cerca de ella.
Finalmente, y tras comprobar que no estaba armado, los miembros de seguridad de la Casa del Rey procedieron a su identificación, momento en el que constataron de que se trataba de un "enfermo psiquiátrico" que "se había descompensado" por no seguir el tratamiento. Por tal motivo fue ingresado en urgencias del hospital, donde entró como detenido.
Tras el revuelo inicial, la visita prosiguió con total normalidad. Acompañada por el president del Govern, Francesc Antich; el ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria; la alcaldesa de Palma, Aina Calvo; la consellera de Asuntos Sociales, Promoción e Inmigración, Fina Santiago; el conseller de Salut, Vicenç Thomàs y el director gerente del centro sanitario, Joan Serra, la Princesa mantuvo una primera reunión con la dirección de La Sonrisa Médica, presidida por Josep Lluís Vidal, quien le explicó la labor altruista que realiza su organización desde hace 15 años por los hospitales mallorquines de Son Dureta, Son Llàtzer y Manacor.
Pero sin duda, los momentos más emotivos y divertidos los disfrutó doña Letizia en compañía de los payasos y los pequeños ingresados en el centro. Primero, la Princesa de Asturias visitó la segunda planta, donde se encuentran los enfermos crónicos para después, y ante los nervios de más de una decena de críos, pasar más de diez minutos en una ´ciberaula´, decorada con coloridos motivos.
Allí esperaba una impaciente Estefanía Franco, de 14 años, encargada de darle un bonito ramo de tulipanes naranjas. A su lado, Alba Parra, de 8 años, que le entregó un dibujo de unos pitufos azules que Letizia agradeció sentándose junto a ellos a la vez que se preocupaba de que todos estuviesen cómodos. Frente a ellos, los divertidos payasos -el profesor Tomasín síntesis; la 2tora Loli Tirita; la zeladora Caragola o Ivanovix Camillero Aventurero, entre otros- hacían sin parar trucos de magia o animaban con sus divertidas canciones.
Fue el pequeño Zacharias Amador, de dos años, él que consiguió arrancarle a la Princesa las imágenes más maternales. También Esther se acercó tímida a doña Letizia que, para ganarse su confianza, le dijo que quería unas gafas como las suyas. Eso le valió un bonito antifaz.
Al final, fotografía de familia para regresar a la Zarzuela.
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