
Alice.Al iniciarse el año 1864, Alice, por nacimiento princesa del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, estaba a punto de cumplir veintiún años de edad. Desde el 1 de julio de 1861, estaba casada con el entonces príncipe Louis de Hesse; los dos habían intercambiado los votos nupciales durante una ceremonia de carácter íntimo, breve y bastante luctuosa, que se había llevado a efecto en Osborne House, en la isla de Wight, la residencia veraniega preferida por la reina Victoria de Inglaterra, madre de Alice.
Louis.La nueva pareja, naturalmente, se había establecido en el ducado germánico en el cual detentaba la soberanía el gran duque Louis III, tío paterno de Louis. Ese gran duque Louis III estaba casado con la princesa Mathilde de Baviera, quien no había logrado proporcionar hijos que asegurasen la continuidad dinástica; por tanto, el heredero venía siendo el hermano que seguía en edad al soberano, el príncipe Karl de Hesse, devoto marido de la princesa Elisabeth de Prusia. Karl y Elisabeth sí habían obtenido descendencia; tenían cuatro hijos, que, en orden de mayor a menor, eran nuestro príncipe Louis, el príncipe Heinrich, la princesa Anna y el príncipe Wilhelm. Dado que nuestro príncipe Louis era el primogénito del príncipe Karl, figuraba en un destacadísimo segundo puesto en el orden sucesorio del ducado de Hesse.
Louis y Alice mostraron cierta predilección por el castillo gótico de Kranichstein, a pesar de que resultaba una mole de aspecto un tanto inquietante; transmitía una impresión sombría, incluso ligeramente tenebrosa, pero estaba situado en un entorno de gran belleza natural. No obstante, decididos a utilizar con inteligencia la dote que había recibido Alice con motivo de sus esponsales, pronto construirían una residencia palaciega en Darmstadt, que se llamaría Neues Palais por oposición al antiguo Schloss, una fortaleza plagada de torreones y aleros en el que se ubicaba la corte del tío gran duque Louis III. El Neues Palais estaría construído hacia el año 1866; entonces, Alice se entregaría a la tarea de decorar los interiores en un estilo inconfundiblemente inglés, con muebles de serie encargados a Maples.
Para Louis y Alice había representado una gran alegría el nacimiento de su primogénita. La princesita Victoria Alberta Elisabeth Mathilde Marie de Hesse había llegado al mundo el 5 de abril de 1863, siendo ella la que hizo descubrir a Alice lo que significaban tanto el embarazo como el parto. Hasta entonces, la pobre Alice siempre había escuchado a su propia madre, la reina Victoria, lamentarse amargamente de que la feliz intimidad conyugal tuviese que desembocar en las terribles fatigas, incomodidades y aprensiones suscitadas por los embarazos. A su vez, los embarazos se resolvían pariendo, siendo el parto en sí mismo un proceso "horrible", laborioso, doloroso y por añadidura plagado de peligros. A Victoria le hubiese parecido maravilloso que los bebés apareciesen por arte de magia debajo de las coles del huerto de palacio; a cambio, le desagradaba la preñez y le repugnaba el parto. Cuando la hija mayor, Vicky, manifestó un profundo deleite ante la experiencia física de la maternidad, incluso a despecho de que el primer alumbramiento de la muchacha había merecido la consideración de extraordinariamente difícil, Victoria debió pensar que "le faltaba un tornillo". Pero Alice compartiría más bien la impresión favorable de su hermana Vicky acerca de la maternidad...
Louis y Alice, orgullosos papás con Victoria Alberta.
Louis, posando con baby Victoria Alberta....y, para colmo de males, decidió que quería disfrutar también de la experiencia de nutrir a su criatura. La reina Victoria juzgó "espantoso" que Alice se empecinase en amamantar. Cuando Alice trató de reflejar en sus cartas la sensación de plenitud femenina que le proporcionaba encargarse personalmente de la alimentación de la niña, la reina Victoria contraatacó ordenando que se diese el nombre de "Alice" a una de las vacas lecheras de las cuadras reales.
Pero ese detalle de amargo sarcasmo no impactó a Alice. Estaba, seguramente, habituada a las tensiones latentes en la relación con su madre Victoria, aparte de más centrada en crear "su" familia. En los primeros meses de 1864, cuando su hijita Victoria Alberta contaba alrededor de siete meses, Alice se embarazó por segunda vez. Aguardó, satisfecha, el desarrollo de su nueva gravidez, que llevaría a un parto el 1 de noviembre de 1864. Se trataba de otra niña, a la cual Alice decidió otorgar los nombres de Elisabeth Alexandra Louise Alice.