De la colección de Manuel de Guirior y Portal de Huarte y Edozain, Primer Marqués de Guirior.
- Cedido por Manuel de Guirior y Portal, primer Marqués de Guirior a su esposa María Ventura de Guirior, y luego junto con su título, a su sobrino nieto.
- Don José Maria de Guirior y Larrea, Marqués de Guirior, quien luego se lo dio a su hijo
- Don José Fausto de Guirior y Larrea, Marqués de Guirior, quien luego se lo entregó a su nieta.
- Maria de los Dolores Porcel y Guirior, Marquesa de San Millán y de Villa Alegre.

Este aderezo es un raro y muy fino ejemplo de la joyería de finales del siglo XVIII que nos ha llegado en su forma original. Las joyas antiguas rara vez sobrevivieron y a menudo fueron desmanteladas. Debido a su escasez y alto valor, el oro y la plata se fundieron y reutilizaron, y las piedras preciosas se desmantelaron y reajustaron en nuevas monturas siguiendo los cambios de gusto y
moda.

Muy pocas joyas de engastes cerrados, donde el dorso de las piedras no son visibles, técnica utilizada hasta finales del siglo XVIII, aún existen hoy en día, especialmente en forma de pendientes de jirafa. Compuesto por una piedra más grande combinada con un arco que sostiene tres gotas en forma de pera, este diseño fue el motivo favorito del siglo XVII y principios del XVIII.

Las esmeraldas, muy finas en este parure, confirman aún más su procedencia española. Con el descubrimiento y desarrollo de nuevas rutas marítimas a finales del siglo XV, el imperio español tuvo acceso directo a una gran cantidad de recursos naturales. Es innegable que Manuel de Guirior, como virrey, pudo obtener las mejores esmeraldas de Colombia.
Donado por Manuel de Guirior y Portal, el virrey de Nueva Granada y más tarde del Perú, a su esposa, doña María Ventura de Guirior y Otazu, esta exquisita pieza es, por lo tanto, denominada "Suite Virreina" en los archivos familiares.