Haciendo de abogado del diablo, quizás debamos situarnos en el contexto de la época: en los años 50 y 60 muchos de esos palacios no tenían más de 50-60 años, o sea, que eran "viejos" y no "antiguos". Eso no quita que fueran verdaderas maravillas, pero derribarlos en aquel momento seguramente fue como si derribáramos hoy una mansión en Marbella de los años 60.
Con los coches suele pasar igual: hay un momento, pasados 15-20 años desde que el
modelo sale al mercado, en que se desguazan un gran número de unidades hasta que quedan las suficientemente pocas como para que se revalorice ese
modelo concreto. ¡Cuántas joyas automovilísticas se han podrido en descampados sin que nadie hiciera nada por evitarlo!
Y no hablemos de las joyas: estoy seguro que nos parece totalmente lógico y normal que alguien que posea joyas de los años 80 y 90 las desmonte para montarlas sobre nuevos diseños. Habrá que ver dentro de cien años qué dicen los expertos en el tema cuando muchas de ellas no hayan sobrevivido...
En fin, quizás es que nosotros somos "especiales" y desearíamos parar el tiempo, algo imposible. Eso sí, si alguno descubre el
modo de hacerlo, ¡que lo diga!
Saludos!