Dos imágenes de John Churchill, duque de Marlborough, joven:
Se cuenta que en una ocasión estaba en la cama con Bárbara Villiers, la duquesa de Castlemaine, cuando un considerable revuelo en la antecámara de la habitación anunció la llegada, inesperada, del rey Charles II. De inmediato, John saltó del lecho con baldaquino y, colocándose a toda prisa los calzones, salió de allí descolgándose desde la ventana (supongo que no era un piso muy alto y que habría una buena cornisa...). Nada más entrar el cuarto, el rey, viendo a su favorita azorada entre las sábanas y percibiendo tanto el flamear de la cortina como el hecho de que la ventana estaba abierta, se acercó directo a la ventana y echó el cuerpo afuera, acertando a ver un hombre medio desnudo que se alejaba a la carrera. Con considerable humor, Merry Charles le gritó que no tenía porqué escapar con el rabo entre las piernas, que él era un tipo comprensivo y por eso mismo nunca castigaba a los que se veían obligados a ganarse el pan haciendo uso de su cuerpo...