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 Asunto: Sargón el Grande, rey de los Acadios
NotaPublicado: 31 Jul 2016 19:01 
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SE BUSCA….

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Máscara de Sargón el Grande, Sharrum-kin “Rey Legítimo, Rey Verdadero” de Acadia. El primero de su nombre.

Bienamado de Ishtar, Hija de la Luna, Señora del Firmamento, Hermana del dios Sol y la diosa Tierra, Señora del Amor y de la Guerra, de la Vida y la Fertilidad. Cortesana de los Dioses.

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La máscara fue hallada en el templo de la diosa en Nínive, cerca de la actual Mosul, el primero que tuvo la ciudad y en cuya biblioteca se encontraron los textos escritos más antiguos del mundo.

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Bronce con incrustaciones, 36 cm de altura. Edad: 4.000 años. Custodiada en el Museo Nacional de Irak (Bagdad) hasta su saqueo en el año 2003. Paradero desconocido. Si la encontráis, además de llamar corriendo a los chicos del Grupo de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil, inclinaos con respeto pues estáis ante el hombre que forjó el primer Imperio de la Historia de la Humanidad.

Cuenta una leyenda asiria del siglo VII a.C. encontrada en unas tablillas procedentes de la biblioteca del rey Asurbanipal la historia del nacimiento del primer Emperador, según sus propias palabras: Mi madre fue una gran sacerdotisa, a mi padre no lo conocí. Los hermanos de mi padre amaban las colinas. Mi ciudad es Azupiranu, que está situada a orillas del Éufrates. Mi madre me concibió, en secreto, ella me llevaba. Ella me dejó en una cesta de junco, sellada con betún. Ella me llevó al río que no pasó sobre mí. El río me llevaba y me condujo hasta Akki, el depositario del agua. Akki, el depositario del agua, me tomó como su hijo y me crió. Akki, el depositario del agua, me designó como su jardinero. Aunque yo era un jardinero, Ishtar me concedió su amor, y por cuatro años yo ejercí el reinado. El pueblo de cabezas negras yo dirigí, yo goberné...

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¿Os suena? Sorprende darse cuenta de la cantidad de leyendas acadias, asirias y sumerias que los redactores de la Biblia les birlaron a sus legítimas culturas, desde el nacimiento de Moisés al Diluvio de Noé.

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Alberto Durero.


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 Asunto: Re: Sargón el Grande, rey de los Acadios
NotaPublicado: 31 Jul 2016 19:07 
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En cualquier caso, dejémonos de leyendas y vayamos a los hechos. Sargón aparece en la lista de reyes sumerios elaborada en algún momento después del 1730 a.C., que es la última fecha que manejan las tablas de arcilla, y abarca 134 reyes, divididos en tropecientas dinastías que gobernaron en 11 capitales, que no vienen al caso porque vamos a hablar de acadios y no de sumerios… aunque unos sean herederos de los otros. A muchos de ellos se los tenía por seres mitológicos y cuentos de viejas, sin embargo, la arqueología ha venido demostrando que “cuando el río suena, agua lleva” y personajes tan envueltos en el misterio y la leyenda como el rey Gilgamés y su epopeya (la obra literaria más antigua del mundo) o el rey Mebaragesi… han resultado ser figuras históricas, personas reales mencionadas en inscripciones de 4.600 años de antigüedad.

Las fechas mínimas que se barajan para el reinado de Sargón van del 2335 al 2279 a. C y se tiene más o menos por seguro que gobernó unos 55 años. Es significa que, aun subiendo al trono muy joven, el tipo vivió para cumplir mínimo 75 años los cual tiene mérito por sí mismo en aquella época, sin contar lo de la forja del Imperio, ya que la esperanza de vida, con mucha suerte, era de 35 años para los hombres y unos 28 para las mujeres.

Para situarnos, el día que Sargón llegó al trono acadio, los británicos estaban en pleno uso de un Stonehenge construido hacía menos de 200 años y los españoles nos encontrábamos a finales del neolítico y principios del Calcolítico, o Edad del Cobre, mientras que nuestro protagonista ya manejaba con soltura el bronce. A los que sois del sur de España os sonará la cultura de los Milares mientras que en el norte nos dedicábamos a modelar vasos campaniformes con los que enterrábamos a nuestros muertos. Sargón ya era rey coronado con toda la parafernalia, con su guardia real y su palacio, cuando nosotros empezábamos un proceso de jerarquización de la sociedad, unas incipientes élites comenzaban a diferenciarse del resto de la población llevándose al más allá ajuares más chulos que los del común del pueblo. Él levantó y mantuvo un Imperio, con todo lo que conlleva militar y administrativamente, mientras que nosotros empezábamos a ver útil lo de cavar acequias para regar. Él enviaba su cara en bronce al tempo de la diosa Ishtar como retrato oficial y nosotros rezábamos a este tipo de cosas

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En resumen, íbamos un poco atrasados con respecto a Mesopotamia pero más o menos al paso del resto de Europa.

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El Imperio Acadio se formó a partir de las conquistas de Sargón quien, por primera vez en la historia, unió bajo su mando a todos los hablantes de lengua sumeria de Mesopotamia. En términos actuales: Irak, Kuwait, Siria, parte de Turquía, Líbano e Irán, llegando con sus expediciones militares a Baréin, Omán y el valle del Indo. La mayoría de estos sitios hoy en día son una enorme caja de arena pero entonces eran mucho más fértiles y apetecibles.

Remontándonos al principio de los tiempos, érase una vez una zona que abarcaba las planicies aluviales de los ríos Éufrates y Tigris. Allí, desde el Neolítico, vivía una mezcolanza de gentes de tipo mediterráneo, euroafricano, algunos alpinos y unos cuantos armenoides. En realidad más que por su pueblo de origen, ya que el estudio de los tipos craneales no siempre permite sacar conclusiones claras, se les distingue por las lenguas que manejaban. Así encontramos tribus indoeuropeas, semitas, camitas, elamitas, etc.

Allá por el Calcolítico, el suyo digo, no el nuestro, que ya sabemos que íbamos un poco atrasadillos… allá por el Calcolítico decía, apareció una tribu nueva: los cimerios, que muchos identifican como el origen de los sumerios. Sus orígenes son oscuros pero muchos afirman que, provenientes de los Urales o incluso del Macizo de Altái (o sea, de donde luego fue Atila el Huno), se asentaron en Tracia (costa norte del Mar Negro, actual Ucrania) y fueron moviéndose hacia el sur a medida que los escitas los presionaban. Los sumerios se llamaban a sí mismos sag-giga, que significa literalmente "el pueblo de cabezas negras", de lo que se deduce que eran de cabello oscuro y que se identificaban como pueblo aparte, diferente de los que se encontraron cuando llegaron a Mesopotamia. Nada indica que la irrupción fuese violenta sino más bien un goteo gradual de personas que fue mezclándose con los locales, adoptando cada uno lo que le acomodó de la cultura de los otros.

Estamos más o menos en el 3.500 a.C. cuando estos cimerios llegan a Uruk, un lugar con la suficiente entidad como para ser llamado “ciudad” y no “pueblucho fortificado” Llegó a tener 50.000 habitantes, así que no era broma la cosa, y se considera el primer núcleo urbano porque en él se consolidaron los primeros grupos sociales liberados del trabajo en el campo, es decir, la burguesía urbana con tareas políticas y religiosas, que los demás debían mantener.

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 Asunto: Re: Sargón el Grande, rey de los Acadios
NotaPublicado: 31 Jul 2016 19:14 
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Ahí está, abajo, a la orilla del Éufrates. Comienza el llamado Periodo de Uruk, en el que pasaron cosas tremendamente importantes para la historia de todos nosotros: aparece la rueda, la escritura cuneiforme, el torno de alfarero, la contabilidad, el cálculo (geometría, astronomía y álgebra incluidas), fueron los primeros en criar cabras y búfalos en cautividad; inventaron el reloj con 60 segundos, 60 minutos y 12 horas, además del calendario de 12 meses que usamos actualmente, también la literatura, el servicio postal y la CERVEZA, etc. Da la casualidad de que esos descubrimientos claves coinciden con la llegada de los cimerios pero no se sabe por qué: si los trajeron ellos, o si fue fruto de la colaboración con los locales, o si la suma de ADN de unos y otros aumentó el coeficiente intelectual de los nenes dando lugar a genios o si, como opinan últimamente los del Canal Historia, llegaron los extraterrestres y se apiadaron de los lerdos terráqueos. Algunos achacan el éxito a la mejora de las técnicas de irrigación, lo que es igual a mejor agricultura, igual a más comida (cebada, dátiles, lácteos, trigo, ajo, cebolla, aves de corral y frutas varias), igual a gente que en vez de dedicarse a arar los campos podía dedicarse a estar sentado y pensar en nuevos inventos y, además, con un cerebro mejor alimentado.

El llamado Estandarte de Ur, que en realidad es una caja de madera e incrustaciones encontrada en una de las tumbas reales de esa ciudad. Representa escenas cotidianas como la de este pescador:

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En cualquier caso, cuando finaliza este periodo y comienza el Dinástico Arcaico, ya estamos hablando propiamente de civilización sumeria.

La invención más destacada fue la escritura y la de escriba la profesión más prestigiosa. Habéis de entender que, en la cultura sumeria y luego acadia, se tomaba nota de todo, pero todo, todo. Para ser escriba no sólo estudiaban el cuneiforme sino que también religión, astronomía, medicina o derecho. A ver, que no se trataba sólo de copiar, sino de entender qué escribían y por qué era importante anotarlo. Los colegios llamados “Casas de Tablillas” estaban cerca del templo, al lado de la biblioteca, y los estudios empezaban a edad temprana. También había tiempo para el ocio, siendo muy popular el Juego Real de Ur, que como el Senet egipcio, era un juego "de carreras" o "persecución", similar a los actuales parchís y backgammon.

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Los avances de la cultura Uruk fueron adoptados por toda Mesopotamia convirtiendo los antiguos asentamientos en ciudades dignas de ese nombre y, ante todo y sobre todo, fuertemente amuralladas… el ser humano es así: cuando te va estupendamente, llega tu vecino el abusón a robarte las joyas del templo. Esta es una de las principales razones por las que la civilización sumeria nunca se convirtió en Imperio, hablaban la misma lengua, rezaban a los mismos dioses, fabricaban el mismo tipo de cerámica, pero no conseguían ponerse de acuerdo para nada. Los reyes de estas ciudades-Estado se parecían a nuestros diputados y diputadas: se llevaban fatal. Son los primeros de la mítica lista de reyes sumerios: Gilgamés de Uruk, Mebaragesi y su hijo Aka en Kish, Ensi de Lagash, Mesanapeda de Ur, la reina Puabi también en Ur (sí, una chica dando guerra y aquí tenéis la copa de oro de su tumba y a ella misma usándola en un banquete según relieve de su sello)…

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 Asunto: Re: Sargón el Grande, rey de los Acadios
NotaPublicado: 31 Jul 2016 19:20 
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Estas ciudades eran grandes centros mercantiles y cada una estaba centrada en un templo, un zigurat, dedicado al dios patrono particular de la ciudad y gobernado por un "lugal" o rey. Los lugal eran sacerdotes supremos y jefes militares absolutos, auxiliados por una aristocracia constituida por burócratas y sacerdotes. El lugal controlaba la construcción de diques, canales de riego, templos y silos, imponiendo y administrando los tributos a los que toda la población estaba sujeta. Las ciudades estado sumerias tradicionalmente eran ciudades-templos, ya que los sumerios consideraban que los dioses fundaban las ciudades para que fuesen centros de culto. Las riquezas del templo eran administradas por los soberanos, considerados intermediarios entre los dioses y los hombres. Era una auténtica teocracia, todo se hacía en nombre del dios y ninguna actividad escapaba a su tutela, todo lo creado procede del dios y todos eran sus hijos. Los dioses eran básicamente como humanos, excepto por sus poderes y su inmortalidad, pero vivían como nosotros así que los sumerios les construyeron casa propia en los templos, con su propio ajuar, tenían una concubina, sirvientes, cantantes, mensajeros, les presentaban alimentos para que comiesen, vestían las estatuas, etc.

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Los lugal o reyes representaban a la divinidad, su poder solía transmitirse a sus hijos o a un hermano. Las reinas llevaban existencias activas e influyentes, ya que ellas representaban la relación del dios con su correspondiente cónyuge celestial. Tenía palacio propio, sello propio para firmar, sirvientes, era titular de propiedades e intervenía en asuntos públicos. En realidad, hasta que Sargón subió al trono, no hubo una distinción clara entre palacio y templo, el Tesoro iba en una especie de bote común a donde llegaban donaciones y sacrificios de devotos, pero también botines de guerra o impuestos.

Durante mucho tiempo la ciudad más importante fue Kish hasta que… algo pasó. Los sumerios empezaron a declinar y su producción cultural se vuelve más tosca. Es la época en la que los historiadores fechan el Diluvio, que probablemente se refiera a una serie de inundaciones que anegaron campos de cultivo y poblaciones en toda la zona sur de Mesopotamia. De hecho, las últimas investigaciones gracias a fotos de satélite de alta resolución, demuestran que hubo más ríos aparte del Tigris y el Éufrates, cuyos cauces secos son visibles, que el Golfo Pérsico era más pequeño que el actual y que es muy posible que grandes civilizaciones estén hoy bajo las aguas, cuando antes estaban en la costa, esperando a que los arqueólogos submarinos las descubran. Ahí debajo debe estar también la región de hermosos bosques y verdes praderas, rica en frutos de la tierra, que inspiró las historias de un Jardín del Edén.

Mientras estos reyes de nombre impronunciable se daban de palos ajenos a lo que no fuese conservar el trono bajo sus reales posaderas, una poderosa oleada de inmigrantes llegó desde Arabia, o sea, gentes semitas, y entre ellos venían los acadios. Se fueron infiltrando poco a poco al principio, como quien no quiere la cosa y sin montar escándalo, pero eran muchos y pronto se dieron cuenta de que podían obtener la supremacía política del país. Sobre todo porque los señores sumerios seguían compitiendo a ver quién la tenía más grande… la muralla, quiero decir. Si es que… nada nuevo bajo el sol :roll:

Y así los semitas acadios terminan por hacerse con el control de Kish, la ciudad que más prestigio tenía en la zona, de la que aún quedan restos del zigurat

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Era una ciudad donde la sociedad se dividía en libres o esclavos. Los primeros podían tener propiedades, aunque muchos trabajaban para los templos y eran por tanto siervos con algunos derechos disminuidos sin ser esclavos, y se reunían en asambleas para debatir asuntos de interés colectivo. Los artesanos, sobre todo los de metal y madera, están de algún modo en la cúspide esa incipiente burguesía. Los esclavos eran prisioneros de guerra, en su mayoría mujeres de servicio doméstico, tejedoras y molineras. Pero lo que más caracteriza a los sumerios es su afición a la sabiduría popular, a los refranes y proverbios que llamaríamos hoy en día, y que se han encontrado por cientos en las tablillas y muros. Y muchos, muchísimos, siguen de plena actualidad demostrando que los seres humanos, en lo esencial, hemos cambiando bien poco. He aquí algunas de esas perlas de sabiduría:

Al pobre le prestan dinero y preocupaciones.

Quien tiene mucho dinero es, sin duda, dichoso: quien posee mucha cebada es, sin duda, dichoso; pero el que nada posee puede dormir tranquilo.

Todo el mundo siente simpatía por un hombre bien vestido
(Octavius, este es sin duda tu adagio sumerio)

Para el placer: matrimonio… Pensándolo mejor: divorcio.

Un corazón alegre: la novia. Un corazón afligido: el novio.

El botijo en el desierto es la vida del hombre; el calzado es la niña de los ojos del hombre; la esposa es el porvenir del hombre; el hijo es el refugio del hombre; la hija es la salvación del hombre; pero la nuera es el infierno del hombre.

Todavía no ha cazado a la zorra y ya le ha fabricado el collar.

Puedes tener un amo, puedes tener un rey; pero a quien debes temer es al recaudador de impuestos
.

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 Asunto: Re: Sargón el Grande, rey de los Acadios
NotaPublicado: 31 Jul 2016 19:25 
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Y ahora volvemos a nuestro protagonista, porque se sabe que en esta importante ciudad de Kish Sargón desempeñó algún puesto administrativo clave.

Poco sabemos de los orígenes de Sargón. Nació en Azupiranu, literalmente “ciudad del azafrán”, situada en los bancales del Éufrates pero no sabemos con exactitud dónde. Según la leyenda que leímos antes, era el hijo ilegítimo de una sacerdotisa que intentó deshacerse de él en el río y fue recogido por el encargado de mantener los aljibes de palacio.

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Como siempre hay algo de verdad en estas historias todo parece indicar que era hijo de un tal La’ibum, probablemente un humilde jardinero, y una hieródula, es decir, una de las prostitutas sagradas que ejercían en el templo dela diosa Ishtar. Lo cual no era nada deshonroso, ni vergonzoso, sino perfectamente aceptado en las sociedades sumerias y acadias. Irse de putas al templo era, con perdón y salvando las distancias, tan normal como ver a la gente ir a misa un domingo hoy en día, sobre todo durante los festivales de primavera, por aquello de los rituales de fertilidad. Ni siquiera estoy segura de que el término “prostitución sagrada” sea correcto, ya que hoy en día la gente asocia prostitución a lo que lo asocia: un vulgar y soez intercambio de favores sexuales por dinero, con suerte en una sórdida habitación de hostal, cuando no en cualquier parte por ahí tirados o aparcados. Y no. Esto era sagrado, limpio de ese aura chunga del “aquí te pillo, aquí te mato”. El intercambio de dinero era algo simbólico, una moneda ritual, y elegías a una señorita o joven caballero (de todo había y para todos había) aseados, bien vestidos, educados en el templo, seguramente con conocimientos de música y poesía. Estas mujeres eran propietarias exclusivas de su dote, y hacían y deshacían lo que querían con ella mientras su padre estuviese con vida, sin dar explicaciones a maridos inoportunos.

Lo veo más del tipo prostitución de lujo, cortesanas de alto nivel, pero sin la parte mercenaria porque lo más importante no era el tema del intercambio de dinero, ni siquiera se sacaba un beneficio económico de una miserable moneda ritual, era como el Tantra hindú, que enseña a utilizar el deseo material con el propósito de espiritualidad, y no como una bacanal. Ya sé que según Herodoto, todas las mujeres babilónicas tenían que someterse a la prostitución ritual con un extraño, el primer hombre que les tirase una moneda al regazo, al menos una vez en la vida. Y que las jóvenes y guapas cumplían con la diosa en seguida, y las feas podían permanecer durante años sentadas en la puerta del templo a la espera de ser elegidas. Pero no os fiéis de ese viejo loco exagerado, sus historias son lo más parecido a un folletín sensacionalista en la Antigüedad.


Así que no existía ninguna razón por la que la madre de Sargón tuviese que ocultar su embarazo y tirar al bebé al río en una cesta. Es cierto que las sacerdotisas no podían criar personalmente a sus hijos, pero los daban en adopción a familias importantes con recursos para mantenerlos bien y siempre cercanas al templo, para mantener una vigilancia sobre el futuro de los niños. Se me ocurre que la historia se la inventaron después por las razones de siempre: tratando de justificar cómo una persona humilde llega a tal posición de poder, lo hacen hijo de una sacerdotisa de alto nivel, padre desconocido y convierten al jardinero en el padrastro que educa al niño con amor, pese a no ser suyo.

En cualquier caso, pese a su origen humilde, nuestro protagonista llegó a ser el copero de Ur-Zababa, el rey de Kish. Su tarea principal era servir las bebidas en la mesa y portar la copa del monarca en las ceremonias oficiales y religiosas, pero no creáis que eso era cualquier cosa: a causa del temor constante a las conspiraciones e intrigas, los coperos debían ser considerados totalmente dignos de confianza para poder mantener su posición. Su estrecha relación con el rey equivalía a una posición de gran influencia y el puesto era muy valorado. Así, estando en buenos términos con su señor, Sargón tuvo la brillante idea de compartir con él un sueño rarísimo que había tenido: jura que vio a la diosa Ishtar ahogando Ur-Zababa en un río de sangre. El rey por supuesto se asusta y piensa que, para evitar que ese sueño profético se convierta en realidad, lo mejor es matar al mensajero. Según cuenta la historia, el monarca lo envía con un supuesto mensaje diplomático al rey Lugalzagesi de Umma pero nuestro protagonista es advertido por la diosa en sus sueños de que la tablilla en realidad lo que dice es que lo maten. Y hasta aquí puedo leer, literalmente, porque la tablilla de arcilla está rota y el resto del cuento está perdido.

Los hechos son que, probablemente aprovechándose de ese puesto de confianza, Sargón mata al rey de Kish, quien por cierto era nieto de la famosa reina Puabi (también llamada Kubaba), la única mujer metida en aquel cotarro de guerras sumerias. Otros aseguran que Kish había perdido la hegemonía que mantenía como ciudad más importante de Sumeria y que fueron los reyes de Uruk y Umma los que atacaron y debilitaron a Ur-Zababa, mientras que Sargón se limitó a sentarse en el trono vacante. En cualquier caso, nuestro protagonista está hacia el año 2271 a. C atacando la gran ciudad amurallada de Uruk. Los sobrevivientes huyeron y se unieron a una fuerza de una cincuentena de ciudades sumerias al mando de Lugalzagesi de Umma, ya veis, para una vez que se ponen de acuerdo, van y pierden. Los sumerios cubiertos apenas con un faldellín y un pesado manto de cuero endurecido, acostumbrados al combate cuerpo a cuerpo con lanzas, hachas, espadas y escudos, no eran rivales para los arcos de los soldados acadios, que además estaban mucho mejor entrenados. A esto se sumaba el excelente uso que daban los acadios a los carros de guerra para rodear, romper u hostigar a las fuerzas enemigas. El rey de Umma fue capturado y llevado a Nippur, al templo del dios Enlil, encadenado del cuello. Nippur no era una ciudad cualquiera, sujeta a los altibajos políticos y contiendas, era una ciudad reconocida como santa por toda Mesopotamia que reunía un tesoro sagrado que sólo se tocaba en caso de necesidad extrema de la población y del que se llevaba contabilidad rigurosa.

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 Asunto: Re: Sargón el Grande, rey de los Acadios
NotaPublicado: 31 Jul 2016 19:29 
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Lo siguiente fue fundar una capital: Agadé o Acad (de ahí viene lo de acadio). Es la única gran ciudad real mesopotámica cuyo emplazamiento todavía permanece sin identificar, si bien se ha supuesto como posible situación la confluencia de los ríos Diyala y Tigris, en las afueras del actual Bagdad. Agadé significa “Corona de fuego” en alusión a Ishtar, la diosa brillante. La ciudad rebosaba de comerciantes, extranjeros y animales exóticos; los ciudadanos celebraban numerosas comidas en las que se degustaban grandes manjares (el vino era una rareza de las montañas del norte, éste es el país de la cerveza); los metales y minerales preciosos abundaban, sobre todo plata y lapislázuli, se tejían las lanas más finas (los sumerios/acadios no confeccionaban vestidos, las telas rectangulares iban enrolladas al cuerpo) y el puerto bullía de actividad.

Tras esto se lanzó a la conquista del resto de ciudades sumerias sin que nadie se atreviese a oponerse. Tomó Ur, Lagash y Umma, con lo que ya controlaba tantas tierras como había hecho Lugalzagesi. Con el dominio de toda la Baja Mesopotamia asegurado, continuó sus campañas atacando a los Elamitas de los montes Zagros, en el actual Irán, y realizó incursiones en la ciudad de Mari (en la actual Siria) y Ebla, ya a pocos kilómetros del Mediterráneo, llegando, según las inscripciones, a las montañas de los cedros: esto es, al actual Líbano, y tal vez hasta Anatolia. Que se lee pronto, pero se tarda años en conquistar. Lo bueno es que siendo todos sumerios, o acadios de cultura sumeria, el rey no tuvo que hacer nada en sus nuevos dominios: mantuvo la religión convirtiéndose en sacerdote de Enlil, dios del viento; el mismo idioma, las mismas demarcaciones administrativas, etc. En realidad, las bases estructurales de un verdadero Imperio universal ya estaban asentadas, simplemente él estableció un nuevo concepto de sucesión dinástica y de legitimidad divina centrados en una familia real particular. Lo cual fue un concepto revolucionario en la época, desplazó el poder desde el ámbito religioso para colocarlo en manos de un civil: el monarca tenía todos los poderes, el dinero, manejaba el ejército, designaba cargos a dedo, etc. O sea, lo que hacían hasta entonces los sumos sacerdotes pero siendo el hijo de un jardinero, lo cual no debió hacer mucha gracia a los primeros ya que Sargón metía mano a ofrendas, donaciones, propiedades inmobiliarias, botines de guerra y en general todo el sistema financiero que antes manejaban los sacerdotes. Lo que viene siendo el Tesoro nacional. Promovió una política de entendimiento entre las etnias semita y sumeria, designó el sumerio como lengua oficial junto con el acadio y mantuvo a no pocos jefes sumerios en sus anteriores cargos. Además, tuvo relaciones diplomáticas con todos los reyes y gobernantes que rodeaban el mar Arábigo.

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Siendo el primer Emperador, la figura de Sargón fue un referente constante para los monarcas que, posteriormente, tratarían de repetir su hazaña. De ahí el nombre de Sargón el Grande cuando él prefería llamarse Rey Verdadero (los monarcas siempre acomplejados con el tema de la legitimidad de sus reinados).

En sus últimos años, sus dominios se vieron acosados por una hambruna que desembocó en guerras y rebeliones varias que él consiguió sofocar, pero ya no tenía edad para soportar tanto trajín y murió hacia el 2284 a.C. (las fechas nunca están muy claras en estos casos). Eso trajo más revueltas, por supuesto, pero el Imperio Acadio consiguió sobrevivir a su fundador ya que su hijo y heredero, Rimush, las sofocó todas y asentó firmemente sus posaderas en el trono de su padre.

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 Asunto: Re: Sargón el Grande, rey de los Acadios
NotaPublicado: 31 Jul 2016 19:31 
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Y hablando de familia, fue la esposa principal de Sargón la reina Tashlultum, conocemos su nombre gracias a un fragmento de vaso de alabastro que su mayordomo donó a un templo. Tuvo una hija, Enheduanna, y varios varones de los que conocemos a Rimush, Manishtushu, Shu-Enlil y a Ilaba'is-takal. De estos dos últimos apenas sabemos más que el nombre.

Enheduanna fue la pera en bote. Primera y más poderosa sacerdotisa de la diosa Ishtar (a quien más tarde los asirios llamaron Inanna) en la ciudad de Ur. Residía en un palacio especial denominado Giparu, donde se ha encontrado un disco de alabastro con su nombre.

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Es la primera mujer conocida en ostentar el título de Ensi, un rol de enorme importancia política. Al nombrarla suma sacerdotisa, y por tanto gobernadora de la ciudad, Sargón se aseguraba el control de Ur, lo que equivalía al control de todo el sur de su Imperio. Siguió ejerciendo el poder bajo mandato de sus hermanos y hasta de su sobrino, a pesar de haber estado envuelta en algún lío político sin especificar que le costó la destitución, por un corto periodo de tiempo, ya que su hermano la restituyó al poder casi en seguida.

Pero la chica no se conformó con eso: es una de las primeras autoras y poetisas de la Historia que conocemos por su nombre. Su corpus de obras literarias es amplísimo: 42 himnos, llamados Himnos de los Templos Sumerios, cuyas copias ella misma envió a las ciudades de Acad, Eridu, Sippar y Esnunna. Fueron utilizados durante siglos después de su muerte y sus copias consideradas tesoros invaluables. Su otra gran obra “La exaltación de Inanna/Ishtar” es una composición de devoción personal a la diosa, en 153 líneas, donde la compara a los más grandes del panteón acadio y expresa su tristeza al haber sido expulsada de su templo (por aquello del lío político).

Como curiosidad, habiendo establecido un modelo de comportamiento considerado decoroso para las damas nobles, muchas reinas mesopotámicas posteriores se convirtieron en poetisas siguiendo su ejemplo. Por otra parte, los cráteres de Mercurio están siendo nombrados según artistas, compositores o escritores que hayan sido famosos durante más de 50 años y lleven muertos más de tres. Por eso, la princesa acadia tiene uno propio. También se ha convertido en estandarte de las feministas

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 Asunto: Re: Sargón el Grande, rey de los Acadios
NotaPublicado: 31 Jul 2016 19:36 
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Cuando el pobre de Rimush heredó el poder, lo primero que tuvo que hacer fue reconquistar Ur, Umma, Adab, Lagash, Der y Kazallu, que se habían sublevado. Es una constante en la Historia montar el alboroto justo después de la muerte de un rey para tantear el valor y poder del que viene detrás. Si era evidente que tenía mano dura, las revueltas se acababan por la vía rápida.

Hablo del pobre Rimush porque es evidente que, con un padre tan longevo y teniendo en cuenta que la esperanza de vida no era para tirar cohetes en aquel entonces, no iba a poder reinar ni de coña 55 años como su padre. De hecho, sólo reinó 9 porque sus propios cortesanos lo asesinaron. Le sucedió el siguiente hermano, Manishtushu, quien pudo haber estado implicado en el asesinato. Parece ser que los chicos eran gemelos y se habían enzarzado en la típica discusión que siempre termina por aflorar cuando nos enfrentamos a este tema: uno es el primogénito pero la tradición dice que el segundo en nacer es, en realidad, el primero en ser concebido y por tanto debería reinar.

Sello de Rimush

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Manishtushu subió al trono hacia 2270 a.C. En su caso nadie tentó la suerte y no hubo grandes alborotos, seguramente porque su hermano los había sofocado duramente no mucho tiempo atrás. Eso le permitió mirar más lejos, hacia el Golfo Pérsico, a donde envió expediciones de paz y de guerra, volviendo cargado de plata. Conquistó también la ciudad de Shirasum y restauró el templo de Ishtar en Nínive. Y como quien a hierro mata, a hierro muere, fue asesinado por sus cortesanos en el año 2255 a.C. Le sucedió en el trono su hijo, probablemente el legado por el que Manishtushu es más conocido, el haber engendrado al gran Naram-Sin, el Varón fuerte, Señor de Acad, Rey de las cuatro partes del mundo, que se nombró a sí mismo Dios, porque él lo valía.

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Naram Sin, que significa el “Amado de Sin”, Dios de la Luna y la Sabiduría (el padre de la diosa Ishtar, de hecho), es el primer rey conocido en proclamarse a sí mismo Dios, como hemos dicho. No es que no lo mereciese el chaval ya que con él el Imperio acadio alcanzó su cenit. Comenzó su reinado con una gran sublevación de más de veinte reyes mesopotámicos a los que venció con contundencia, llegó a tener tratos con el Valle del Indo y controló gran parte del golfo Pérsico. Expandió su territorio llegando a derrotar en batalla al rey Magan, que se identifica con el rey Menes de Egipto (el primer faraón en reunir bajo su mando el Alto y Bajo Egipto), y a varias tribus del norte en las montañas Tauro y Zagros, construyó los centros administrativos de Tell Brak y Nínive y continuó con la política de nombrar a familiares para ocupar cargos rituales o religiosos en diversas ciudades y templos, o como gobernadores para mantener un control efectivo y muy centralizado de los diferentes territorios del imperio. También se dice que poseía el ejército más grande hasta el momento: 360.000 hombres a su mando.

Llegó gobernar tantos años como el abuelo Sargón, unos 55, pero a diferencia del misterioso Rey Verdadero, de Naram Sin sabemos algo más, sobre todo de sus campañas militares. De hecho, los años se nombraban en función de sus victorias: “El año en el que Naram Sin derrotó al gobernador de Simurrum, Baba, y lo tomó prisionero” Y así han llegado a nosotros al menos 20 nombres.

Pero si por algo es conocido es por la imagen que os he puesto antes: la estela de Naram Sin, tallada en Sippar en arenisca rosada aproximadamente en el 2.250 a. C. para conmemorar su victoria sobre la tribu de los lullubi de los montes Zagros. En ella se ve un paisaje montañoso, con árboles, donde se desarrolla una escena en la que prevalece la figura del rey Naram-Sin, de mayor tamaño que sus súbditos y enemigos y coronado con un casco con dos cuernos, propio de los dioses, bajo el sol y la luna. El rey vencedor aplasta con el pie a los cadáveres de sus enemigos, mientras mata a otros dos y algunos caen despeñados. Los soldados acadios desde un nivel inferior, alzan la cabeza como signo de admiración y respeto por su soberano.

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Una de sus peculiaridades es que, por primeva vez en la Historia (la civilización acadia está llena de primeras veces), las escenas no siguen un patrón horizontal, como si estuviésemos leyendo un comic, sino que se salta la tradición y el rey/Dios se sale del marco en diagonal con un tamaño del doble que sus soldados.

La tribu de los lullubi vivía en el actual Kurdistán iraquí e iraní. Era un gran pueblo guerrero que, en realidad, nunca fue vencido. La famosa batalla no fue un hecho real y la estela no es más que un objeto de propaganda y autoglorificación.

Como todo lo que llega a su cenit tiende a decaer, también el Imperio Acadio empezó a resbalar hacia su destrucción en los últimos años de este reinado. Para explicar ese bajón, algunos cientos de años después de la muerte de Naram Sin comenzó a circular el rumor de la “Maldición de Acad”. Al parecer el monarca cometió un sacrilegio imperdonable al llevarse algunas estatuas divinas de Ekur, es decir, el templo de Enlil en la ciudad sagrada Nippur. Como Enlil era el jefazo supremo de los dioses, su venganza fue terrible: hizo salir a los gutis de las montañas al este del Tigris como si fueran una plaga y destruyeron el imperio de Acad. El hambre se propagó por el reino y la inflación elevó los precios de los alimentos a cotas estratosféricas (el autor de un poema de la época se echa las manos a la cabeza cuando cuenta que a cambio de un cordero sólo te daban 400 gramos de grano, lo mismo de aceite y tan solo 250 de lana) Tras una reunión del panteón de dioses al completo, las deidades decretaron que Enlil sólo se aplacaría con la destrucción absoluta de la ciudad de Acad.

Una vez más, pasando de la leyenda, los hechos indican que Naram Sin legó su Imperio intacto a su hijo y heredero hacia el 2219 a.C. si bien es cierto que las incursiones de las tribus Guti pronto empezaron a asolar el país. Sabemos además que Naram Sin tuvo una hija, Tar'am-Agade, a quien conocemos por la inscripción de un sello encontrado en el templo de la ciudad de Urkesh, con cuyo gobernante seguramente estaba casada.

Sharkalisharri no pudo emular a su padre cuando, además de la presión de las incursiones extranjeras, las rebeliones internas se hicieron habituales en todo el territorio a causa de los grandes tributos que imponía con el fin de mantener el enorme ejército que luchaba contra los gutis. El primero fue Puzur-Inshushinak, rey de la dinastía elamita de Awan, que logró independizarse de Acad conquistando Susa y Anshan, logrando la unidad de Elam. El rey Šarkališarri murió asesinado en 2193 a.C., tras aguantar unos 25 años en el trono, abriéndose un período de crisis, anarquía y revueltas en el Imperio que acabó con todo lo que Sargón el Grande había construido casi 150 años antes.

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 Asunto: Re: Sargón el Grande, rey de los Acadios
NotaPublicado: 31 Jul 2016 21:07 
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 Asunto: Re: Sargón el Grande, rey de los Acadios
NotaPublicado: 31 Jul 2016 21:40 
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:bravo: :bravo: :bravo: :bravo: :bravo: :bravo: :bravo: :bravo:

¡¡Vuelves al ataqueeeeerl!!

Esto hay que sentarse y leer detenidamente porque en estas fechas estoy totalmente perdido. :hehe:

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 Asunto: Re: Sargón el Grande, rey de los Acadios
NotaPublicado: 31 Jul 2016 23:29 
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sambone escribió:
Muchas gracias,Iselen,reina de la Historia del Foro Dinastias. :thumbup: :thumbup:


Con el permiso de la Emperatriz de la Historia del Foro Dinastías, Minnie (grin)

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 Asunto: Re: Sargón el Grande, rey de los Acadios
NotaPublicado: 01 Ago 2016 02:04 
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Registrado: 26 Mar 2015 22:42
Mensajes: 495
Una biografia nueva y de una època totalmente desconocida para mi.

Gracias Iselen, siempre es un gusto leerte aquì y en otros hilos.
Tus aportes son muy interesantes.-


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