Lamballe escribió:
Salvando los errores que crispan a nuestro amigo Leandro (y con razón, que lo del avión trae miga) ha estado bien. Ella me ha gustado mucho, muy correcta, proporcionada. Desde mi catetez supina en asuntos de ropajes, me ha gustado. No había joyones, cierto, pero ella ha llevado cosas a mi juicio adecuadas al tipo de eventos. Na, bien.
El punto negativo: ¿por qué narices todo el mundo toca tanto? Esas manos en la cintura, la Legrand agarrando el brazo... Hay una familiaridad que me crispa. Se puede coleguear con Letizia pero no con la Reina de España, creo yo. Distancia institucional, Majestades.
Tienes toda la razón Lamballe, aunque también es cierto que me crispa todo lo que tenga relación con el tal Macri y su mujer...
Una anécdota respecto al besuqueo, cuando la Reina Sofía vino con motivo de alguna conmemoración que ahora no recuerdo, durante la presidencia de Menem, éste le ofreció un almuerzo en la quinta de Olivos y seductor y confianzudo como era, al saludarla, al tiempo que le tomó la mano hizo ademán de acercarse para darle un beso en la mejilla, inmediatamente Doña Sofía con un gesto apenas perceptible frenó el impulso del presidente. Le hizo una cobra real...
En cambio en una de sus últimas visitas, al saludar a la Presidenta Cristina Fernández, quien había enviudado un tiempo antes, la envolvió con un afectuoso abrazo.
Quien establece las pautas en el saludo y en la interacción entre personas, es la de mayor rango, o entre pares la de mayor edad. Esta es una norma básica de urbanidad.
Respecto de nórdicos y latinos, recordar el efusivo abrazo de la reina Beatriz al recibir a los Reyes Juan Carlos y Sofía cuando acudieron para su cumpleaños. O las imágenes de Beatriz y Sofía abrazadas para una foto en el 25 aniversario de Harald y Sonia. O la de Doña Sofía con Silvia en Zarzuela...