principe de paris escribió:
En este aspecto hay varios puntos ha remarcar
1: Se necesitaron 7 coaliciones para poder detener y derrotar a Napoleón I, es completamente comprensible que los reyes, casi todos hombres pequeños, estuvieran ATERRORIZADOS ante la perspectiva de algo de Napoleón sobreviviese, y como lo escribe de forma algo injusta el emperador Francisco “los sufrimientos de mi nieto fueron muchos, su pérdida me duele como la de un hijo pero sin embargo quizás fue lo mejor para la paz europea” eso me parece atroz, un abuelo justificándose a sí mismo al DEJAR morir a su nieto, porque si bien la teoría del envenenamiento del chico jamás me ha cuadrado, el emperador y su canciller DEJARON morir al chico en tanto no hicieron nada para tratar de mejorar su salud y en penalismo eso es tanto como haberlo matado.
2: Por otra parte comprendo al emperador, el había firmado la santa alianza y se había comprometido a vigilar estrechamente al joven emperador ( porque recordemos que él SI fue emperador de Francia y tiene tanto derecho al título real como el imbécil de Luis XIX”), y para ser sinceros el cautiverio del chico pudo ser mucho peor, su abuelo lo quería y mucho, él tenía ciertas libertades en Viena, había sido ya ascendido a coronel en el momento de su muerte, y se le había dejado conservar las prendas y objetos personales de su padre, más bien lo triste de la vida del joven fue la soledad, su madre Luisa se comporto de forma muy injusta con el chico, “olvidándose” grandes temporadas de él tanto así que sería su abuelo el que la forzaría a ir a Viena en 1828 cuando la salud del chico comenzó a declinar, sin embargo Luisa se iría al cabo de semanas lo que dejaría la chico solo nuevamente, Francisco su abuelo, era el emperador de Austria y era un hombre ocupado así que de seguro de forma inconsciente descuido al chico, inteligente y sensible (me recuerda en algo a un Rodolfo algunas décadas después) la percepción de Napoleón se refleja en esta lapidaria frase “si mi madre hubiese sido Josefina mi padre no hubiese muerto en Santa Helena y yo no estaría aquí en Viena languideciendo solo y triste”, esto refleja más que nada la soledad del chico, soledad que ni siquiera Sofía logro calmar del todo, este es el aspecto más triste del chico (cualquiera que haya estado solo en la infancia podrá dar fe de ello) lo solitaria que fue su vida, casi sin amigos, solo sabiéndose “apestado” por muchos en la misma corte de Viena y quizás sabiéndose no como el pobre Fernando I, una persona minusválida, sino un joven apuesto y sensible.
3: En el aspecto del casamiento estoy de acuerdo con usted minnie, como duque, quizás ningún padre de la realeza hubiese consentido en casar a su hija con él, solo y desheredado, sin embargo no estamos contando con que muchas princesas de la historia europea, por citar un ejemplo le reina luise de Dinamarca se caso con el futuro rey de Dinamarca Cristian pero que al momento de la boda era “un simple oficial de caballería” y si de alguien se podía enamorar una chica de la realeza más que de nadie era de Napoleón II, eso lo puedo firmar, además de que había chicas Habsburgo como él en edad de casarse y siempre puede contarse con el interminable grupo de casas mediatizadas de Alemania, y por el otro lado eso si entrando en el terreno de la imaginación de haber ascendido el trono de Francia en 1830 si se hubiese convertido en el gran prospecto matrimonial de su generación.
Por último, en este aspecto siempre me ha interesado de la vida de este chico, la soledad es dura muy dura, algunas figuras igualmente trágicas como Nicolás II, o Luis XVI, tuvieron compañía, la compañía de una mujer, amada en el caso del zar, querida y estimada en el caso del buen rey de Francia, otros tuvieron hermanas, madres, Napoleón II nada tuvo, nada completamente suyo porque su Sofía era ya de Karl y haber tratado algo intimo con ella hubiese sido condenarla al escarnio público como bien refiere minnie, es solo eso además como siempre la historia suele ser injusta, princesas hermosas y de buen corazón como Alix de Dinamarca, Luisa de Baden o Isabel de Austria reina de Francia fueron malcasadas y uno de los prospectos más deseables de la historia de la realeza (un Rodolfo pero sin los vicios y la sífilis) murió solo y trágico a los 21 años en Viena.
Sin embargo por lo menos en el terreno de la imagionacion es agradable colocar al chico con cualquier princesa malcasada y linda de la historia europea y asi la princesa de su preferencia pudo por lo menos en la imaginación ser feliz con él
Estoy TOTALMENTE DE ACUERDO con los puntos 1 y 2. Además, lo has expresado maravillosamente, príncipe, con una sensibilidad y una delicadeza dignas de elogio; debo felicitarte porque tu afecto hacia el Aguilucho te ha llevado además a profundizar en los vericuetos de su historia haciendo gala de gran perspicacia y de no poca lucidez. Coincido en que Francis quizá hizo lo que tenía que hacer respecto a su posición histórica, en un entramado de relaciones entre potencias continentales muy específico. No deja de ser doloroso, claro. Como padre, pensaba que había sacrificado a Maria Luisa. Como abuelo, desde luego sacrificó a su Fanz duque de Reichstadt. Coincido con tu punto de vista: al chico nadie se lo quitó de encima recurriendo a los venenos, pero hay mucha responsabilidad, una buena cuota de culpa, de su abuelo imperial Francis y del canciller Clemens von Metternich en su triste final. La tuberculosis que le minaba la salud prosperó a pasos agigantados debido a la insistencia en mantenerle en Viena. Quizá mandarle a Merano o a Trieste no hubiese supuesto nada más que ganar unos meses o unos años de vida para el Aguilucho. Pero es que ni siquiera lo intentaron...y eso es lo trágico.
Coincido también en que la frase "Si Josephine hubiera sido mi madre..." no sólo es un hermosísimo tributo del Aguilucho a la difunta Josephine de Beauharnais, sino una muestra del desasosiego y la amargura que le causaba la conducta de su madre Maria Luisa. Con esas palabras tan sentidas, el Aguilucho pone a chuzos a Maria Luisa. Pero no era el único. Una tía de Francis y por tanto tía abuela de Maria Luisa, la reina Maria Carolina de Nápoles, hermana favorita de Marie Antoinette, había odiado intensamente a Napoleón; sin embargo, no entendía, no le cabía en la cabeza, que su sobrina nieta Maria Luisa hubiese estado tan dispuesta a renegar de Napoleón porque éste había sido su marido y en absoluto un mal marido, por añadidura.
En el punto tercero...tengo mis dudas. Es cierto que cuando Louise Wilhelmine de Hesse-Cassel se casó con Christian de Glücksburg, éste era solamente un oficial de caballería, capitán para más señas, que vivía con un sueldo bastante escueto. Peeeeero...se trataba de un primo del rey que estaba en una posición más que destacada de la línea de sucesión de la monarquía danesa. Ya se podía preveer que, con el tiempo, el capitán de caballería llegaría a ser heredero del trono. La boda estuvo muy apoyada por la reina consorte danesa Carolina Amalia, esposa del tío materno de Louise, y por la reina viuda Marie, tía materna de Christian. Las dos señoras eran unas sentimentales, claro; deseaban favorecer a los chicos que estaban enamorados, porque los querían mucho; pero también eran coherentes con el hecho de que ese enlace reforzaría, a posteriori, a la corona danesa.
Los príncipes sin trono ni expectativas, sin tierras ni fortuna, nunca han triunfado, querido amigo. Con alguna excepción, claro. La reina Victoria de Inglaterra deseaba príncipes de esa tipología tan concreta para sus hijas. Así los yernos estarían dispuestos a vivir en Inglaterra, bajo el techo de la suegra, con lo que ella se sentiría permanentemente acompañada
Pero ésas son las excepciones, no las normas, jajaja.
Ahora bien...estoy de acuerdo en que es muy bonito especular sobre qué princesa de la época hubiera podido casarse con el Aguilucho. Permite dar rienda suelta a nuestra simpatía por ese joven que hubiera merecido mucho más de lo que se le ofreció. En esa línea, mi candidata perfecta hubiera sido Amalia de Leuchtenberg. Brasil se hubiera perdido una adorable emperatriz, pero estoy convencida de que el Aguilucho y Amalia de Leuchtenberg hubieran formado una pareja magnífica. El hijo de Napoleón con la nieta de Josephine...un sueño, casi.