Buenooooo, espero haber llamado vuestra atención hacia Isabella
Isabella Hedwig Franziska Natalie nació el 27 de febrero de 1856 en Dülmen, al norte de Westphalia. Sus padres, el duque Rudolf de Croy y su esposa Natalie, nacida princesa de Ligne, tenían ya una hija, Eugenie, de dieciséis meses de edad. Luego, a continuación de Isabelle, llegaría una tercera niña: Anne. La alegría de los Croy se multiplicó con la aparición del deseado varón, Karl Alfred, a principios de 1859. Sin embargo, Natalie se quedó embarazada por quinta vez. En julio de 1863, hallándose en Trazégnies, dió a luz otra fémina: Natalie. Muy debilitada por el parto, la madre apenas logró mantenerse con vida durante nueve días.
A su muerte, Natalie de Ligne, duquesa de Croy, dejaba, por tanto, cinco hijos de corta edad. Eugenie, la mayor, tenía casi nueve años, en tanto que Natalie, la benjamina, tenía sólo nueve días en su haber. Entre medias, figuraban Isabelle con siete años y medio, Anne con seis años y Karl Alfred de cuatro años. Sin embargo, contrariamente a lo habitual, el viudo duque Rudolf, que se veía con semejante prole a su cargo, no se buscó rápidamente una segunda esposa. De hecho, transcurrirían veintiún años antes de que contrajese nupcias con la princesa Eleonore de Salm-Salm, su prima hermana. Un detalle curioso: la madre de Rudolf se llamaba también Eleonore de Salm-Salm, igual que la sobrina que luego se convertiría en la segunda mujer de su hijo.
Esa abuela Eleonore de Salm-Salm jugó un papel importante en la infancia de los nietos huérfanos de madre hasta su propio fallecimiento, en 1871. Los niños carecían de abuela materna, pues Natalie condesa de Trazégnies había fallecido al dar a luz a su hija Natalie de Ligne, al igual que, tiempo después, Natalie de Ligne había muerto tras poner en el mundo a su hija Natalie de Croy. Por tanto, sólo había una abuela paterna para representar la figura femenina predominante.
La crianza y educación de los niños Croy-Dülmen se manejaron cuidadosamente. Al igual que sus hermanas Eugenie, Anne y Natalie, nuestra Isabella creció recibiendo una amplia formación para los estándares de la época. Demostraría, con creces, su aplicación. Con el paso de los años, se transformó en una joven exquisita con un notable talento artístico. El gusto por pintar acuarelas de la niñez derivaría, en una etapa ulterior, en una verdadera pasión por la fotografía. Las fotos tomadas por ella poseen una sorprendente calidad.